DE FACEBOOK (Días 2 y 3)

LECTURA DE LA PRENSA. LIBRETO DE OPERETA

El alcalde de Oviedo y el rector de la Universidad juegan a políticos. (Introducción para no iniciados en grescas locales: La Universidad de Oviedo decidió trasladar de Oviedo a Mieres la Escuela de Minas. El alcalde de Oviedo y la dirección de la escuela, entre otros, se oponen). Con motivo de la Noche Blanca, en los locales de la escuela estaba previstas dos visitas guiadas a la Escuela de Minas, como anticipo de la nostalgia futura. El alcalde de Oviedo iba a asistir a una de ellas, en plan de apoyo a la continuidad de la ubicación. También estaba prevista la actuación del Coro Minero de Turón, todo ello en horario nocturno. El rector, en vista de la anunciada visita del alcalde, desautoriza el acto por el alto consumo energético de un acto nocturno. Pese a similar consumo, la actuación coral no se suspende. Rigor por ambas partes. Rigor mortis.

Sin ser un forofo empedernido, a uno le gusta el fútbol y ve algún partido destacado, en particular alguno decisivo según avanza la temporada. Uno sabe que para que haya partidos, tiene que haber fichajes, y contratos, y patrocinios, y piruetas económicas alrededor de la actividad deportiva propiamente dicha, pero uno hace como si ese fuera otro mundo. Ahora unos mejicanos magnates (sí, magnates, sin alterar el orden de las letras de momento) invirtieron en el Oviedo y en el Sporting. Con el Sporting en puesto tibio de la Segunda División, el grupo Orlegui se descuelga con un proyecto urbanísticamente revolucionario para la villa de Gijón. Ojalá vaya todo bien, que nadie esquilme a nadie y que el Sporting, de no subir, que no se descapitalice y desaparezca en un momento de despiste. El Madrid funcionará así, el Barcelona también, los grandes equipos mundiales también, pero es una realidad fatigosa que a uno no le interesa ni lo más mínimo, aunque por lo visto vaya a ser o esté siendo ya el pan nuestro de cada día.

Más de mil civiles juran bandera en Covadonga, cuna de la Reconquista, señala pomposamente el diario, con la presencia del arzobispo. Uno cree que este acto militar o paramilitar es un anacronismo, que puede pasar como acto folklórico, pero habría que ir pensando en una ordenada retirada, sin que crujan las estructuras del Estado, sin que implique cuestionar la labor que la Iglesia Católica pueda desempeñar en labores sociales o educativas.

La prensa destaca el pasado oscuro, incluso en territorio español, del padre de Giorgia Meloni, la ultraderechista ganadora de las elecciones italianas. Harían bien los líderes políticos contrarios en no entrar en ese flanco, porque lo que hayan hecho los padres es responsabilidad de estos, y porque el que esté libre de pecado familiar que tire la primera piedra. No es el primero que buscando lana y sale trasquilado.

Por cierto, el País destaca en portada que la ultraderecha toca su máximo con uno de cada seis votos en Europa computando las últimas elecciones legislativas de cada país.

¿Cuando la mitología griega pase al olvido, quién escribirá columnas magistrales como la de Manuel Vicent dedicada a la retirada de Federer y a sus épicos encuentros con Nadal?

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LECTURA DE LA PRENSA. DAR UN TITULAR

En el batiburrillo de hoy, de temas y hasta de fechas, comienza uno por una frase del presidente asturiano Barbón pronunciada aposta para ser motivo de chascarrillos, chistes e invectivas. Hasta tendrá pensada la réplica cuando le reconvengan su frase en sede parlamentaria. La respuesta será, sin duda, ‘Y vosotros más’. Lo que dijo Barbón fue esto: “A veces nuestros procesos parecen un barullu, pero en ningún caso un grilleru”. Todo esto a cuenta de las primarias en Oviedo y, en especial, en Gijón. Si no llega a la altura de frase estratégica, alcanza al menos la categoría de las frase táctica.

Hoy se queda uno con un reposado artículo en El País de Ana Carmona, Catedrática de Derecho Constitucional de Sevilla. La catedrática no se pronuncia ni a favor ni en contra, simplemente expone la problemática jurídica y política y enmarca adecuadamente el caso. A partir de ahí, cada uno pensará lo que quiera. Seguramente será más correcto indicar que cada uno pensará lo que quiera no a partir de ahí, sino que ya lo tenía pensado diga lo que diga Ana Carmona o cualquier doctor en la materia. Uno se decanta por el No al indulto, para que no le digan que nada siempre entre dos aguas. Se tira uno al Guadalquivir.

En La Vanguardia lee uno un artículo que promete: “¿Por qué los sondeos no coinciden?” El lector muy interesado puede leer de cabo a rabo el artículo, pero si quiere una versión abreviada, basta lo que uno destacó al final sobre el propio artículo: la estimación, es decir, la cocina. Dicen las malas lenguas que Tezanos es un excelente cocinero, pero por lo visto los hay tan buenos en otras escuelas carnívoras.

A falta de otra cosa hoy, y eso que ojeó uno varios medios, vuelve a otra página de ayer, otro artículo de El País titulado “A la calle por tener ansiedad”. Uno no se acaba de aclarar con la labor de los psicólogos. Si los contratan las empresas, solo te hablan de motivación, es decir, que trabajes más (por lo mismo), pero si acudes a ellos como consulta privada, te dicen que no tienes que estresarte por nada, ¿o acaso eres el dueño de la empresa?

En El País de ayer leyó uno un artículo sobre las redes sociales, que firma Daron Acemoglu y lo titula ”El fin de las redes sociales reales”. Exagera, claro. A uno le gustó este párrafo: “Si uno es la única persona en su vecindario interesada en la ornitología, ya no tiene que estar solo, porque ahora puede conectarse con entusiastas de la ornitología de todo el mundo. Sin embargo, lo mismo se aplica al extremista solitario que ahora puede usar las mismas plataformas para acceder a un discurso de odio y teorías conspirativas y luego propagarlos”. No es más que la neutralidad de la ciencia aplicada a las redes.

Muestra de que las redes sociales no se acaban, está el artículo sobre La Belmontina suscrito por Carlos F. Llaneza. Debe ser poco sidrero porque tomó un café, en vez de la sidra Viuda de Palacio, palo que sirven desde tiempo inmemorial. Terraza vistosa para contemplar desde ahí la catedral y gente subiendo y bajando por la calle del Águila arriba y abajo.