LECTURA DE LA PRENSA. HOJA PARROQUIAL
No, hoy no leyó uno ninguna hoja parroquial, aunque vio unas cuantas en un anaquel en la iglesia de Lugones, donde acudió a un cabo de año. Si la hubiera leído, posiblemente encontraría el Evangelio del día, este de San Lucas, capítulo 18, que se leyó en el oficio religioso, la parábola del juez malo, que uno no recuerda haber oído nunca.
Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?
La parábola del juez malo sirve de guía al político hábil, incluso al gestor de baja estofa práctico. Ya que en terreno religioso estamos, uno confiesa haber hecho alguna vez de juez malo por quitarse algún pelma de encima si el asunto era de poca enjundia, pongamos que un pecado venial, por aquello de no salirse del ámbito canónico.
En breve vuelve uno a otra lectura allí escuchada, pero como introducción es necesario aludir a un reportaje en El País sobre cómo influyen en los escolares los usos escriturales de las redes, señalando que genera problemas de ortografía, gramática y coherencia textual. El reportaje se titula gráficamente así: “En wasap no imprta q se scriba asi”. Sí, el riesgo existe, pero la persona cuidadosa dispone de técnicas para evitarlo. Ahora enlaza uno con otra lectura eclesial, que le dejó a uno pasmado, tanto que estuvo uno tentado de subir al altar, tomar el misal y comprobar no solo el capítulo del Evangelio de San Lucas sino, sobre todo, si en la transcripción al castellano del texto sagrado figuraban los términos “dijistes”, “pusistes” y otros por el estilo, que el lector profirió tal como se reproducen aquí. Que uno cuando hable de memoria, hable mal, pase, pero leer mal lo que está bien escrito... Solecismos tales desconcentran a uno del sentido de las lecturas.
No era el día de cantar ‘Pescadores’, canción muy propia para arrastrar portamentos. De pescadores de salmón habla la prensa del día. El Principado, ante la mengua de los peces, está pensando en restringir sustancialmente las capturas. Como uno no es pescador, ni comedor del prohibitivo salmón astur, no tiene opinión formada al respecto, pero tiende a estar en esto con la Administración. Desde luego, los pescadores tendrán que aportar mejores argumentos que los leídos en la prensa del día: “Eso es recortar en libertades, y todo lo que sea recortar en libertades, va contra el salmón”.
Solecismo no será pero a uno le resulta cargante el abuso de la palabra ‘robusto’, en frases, por ejemplo, como la de la Ministra de Industria, Comercio y Turismo: “Tenemos datos económicos robustos y la certidumbre de la seguridad energética”· Espera uno que los datos sean mas robustos que la dudosa seguridad energética. ¿Cuánto habrá empezado esto de la robustez y cuando se debilitará?
Robusto o lo que sea es el virólogo y eminencia mundial en biomedicina Juan Fueyo, con antecedentes en Congostinas y asentado en Houston. Se reveló últimamente como un gran comunicador, lanzado a combatir el cambio climático. A lo que Fueyo tenga que decir sobre lo humano, le prestará uno mucha más atención que a lo que opine de lo divino.
Si un periódico quiere informar sobre los problemas prácticos que los ambulatorios se encuentran diariamente al enfrentarse a casos de salud mental, tendrá dos posibilidades: armar un reportaje con datos, análisis de causas, problemática, posibles soluciones; o bien transmitir la opinión de varios profesionales de un centro de salud concreto. Dado que El País optó por esta segunda vía, uno optó por no leerlo. ¿Son imparciales, son objetivos, representan la media de lo que ocurre? En este caso, coincide que La Nueva España publica un editorial sobre la misma materia. Los editoriales de LNE van en la línea de no pero sí, sí pero no, pese a que plantean con bastante corrección los problemas. Otra cosa es que las soluciones aportadas vayan en la línea política del periódico. En este caso concreto, después de referirse a la escasez de medios, parece que lo que aconsejan a los pacientes es la paciencia, la resiliencia, es decir, aguantarse, ser fuertes, como tenía que ser Bárcenas. Por cierto, está uno bastante de acuerdo con esta tesis.
Quedamos que no hay tiempo para todo. El País, por lo visto, no tiene tiempo ni espacio (ni siquiera digital) para las crónicas de los partidos de fútbol de equipos del montón, incluso de Primera División, lo que motivó una queja al Defensor del Lector. El jefe de sección responde con habilidad digna de copiar por cualquier departamento que quiera reducir medios técnicos o humanos: “Las crónicas seguirán siendo parte de la esencia del diario, pero en una época de saturación informativa del deporte (televisiones, radios, periódicos deportivos, medios en internet) la sección debe apostar por prioridades, gestionar mejor sus recursos Y buscar historias diferenciadas sin caer estrictamente en la agenda informativa”.
Tiene que ser duro escribir siempre a favor o en contra de algo, en este caso, en contra del gobierno como estila hacer Ignacio Camacho en el ABC al referirse a la subida a pensionistas y funcionarios: “El sesgo clientelista de la subida a pensionistas y funcionarios es un agravio a la contención salarial del sector privado”. Si la subida hubiera sido mucho menor, Ignacio Camacho enarbolaría la palabra contra el gobierno por el desprecio a los que levantaron esto o a los pilares básicos de la ciudadanía, como son la educación y la sanidad.
Titula ABC “El juicio del Alvia, una batalla entre los dos acusados para sacudirse responsabilidades”. Si el veredicto dependiera de una encuesta, tendría más condena Cortabitarte que Garzón porque vivimos en una sociedad amiga de difuminar responsabilidades y culpar al empedrado. Aparte de la alegría de ver en chirona a un pez gordo, si es que puede considerarse gordo a Cortabitarte.
(Quedan cosas en el tintero. Para mañana)
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LECTURA DE LA PRENSA. RETALES
Hoy no encontró uno nada destacado en la prensa, o bien se trata de asuntos trillados y fastidiosos. No le gusta a uno opinar dos días seguidos del mismo asunto, porque prefiere decir de una vez todo lo que tenga que alegar y, acto seguido, pasar página. Por excepción, como LNE incluye una columna de pros y contras de los defensores y detractores de la pesca del salmón o, de sus restricciones, por ser más exacto, la reproduce uno aquí. No es que vea más argumentos de peso en una columna que en otra, es que una de las columnas es un batiburrillo que no se entiende, así que apoya a los claros. ¿Y si tiene razón el oscuro pero no lo supo expresar?
De la prensa de ayer se fijó uno en un detalle de la entretenida recreación histórica al hilo del menú del desarme y parafernalia. Pasó uno al lado del Palacio Regional cuando las fuerzas decimonónicas estaban tomando posiciones pero iba con prisa y no se paró a contemplar la batalla. Por la foto de la prensa se observa que quienes tomaron las mejores posiciones pudieron disfrutar poco en directo por estar pendientes de captar imágenes y sonidos para la posteridad en su teléfono móvil. Craso error que uno comete en ocasiones, que pierde la ocasión de disfrutar en directo de un espectáculo que merece la pena por darse el gusto de grabar un vídeo con el único objetivo de proclamar “yo estaba ahí y lo vi”.
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No hace falta reproducir el artículo entero de Xuan Xosé Sánchez Vicente. Con lo extractado se hace uno a la idea, que reitera el autor de vez en cuando. Uno reiterará otras, a buen seguro. El propio Xuan Xosé explica en el artículo que utiliza la metafonía (lenense por ejemplo) para dar realce al título. Sin embargo, abusar de la metafonía (pirru, como se dice en el alto Lena, por perro; reu por rabo, para abreviar) suena a chiste, precisamente algo de lo que quieren escapar los defensores de la oficialidad de la llingua.
Interesante artículo el del divulgador médico Martín Caicoya, que escribe esta semana sobre la necesidad de que profesional ponga freno a las costosas pruebas. Uno hace caso a Martín Caicoya cuando le interesa, por ejemplo, cuando, hablando del ejercicio físico, escribió que no hacía falta caminar más de hora y media. Santu Remediu.
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