LECTURA DE LA PRENSA. SANCIONES
Se fija hoy uno especialmente en la noticia de una anunciada multa de 60.000 euros a cada uno de los 114 asistentes una fiesta ilegal en Mallorca en plena pandemia. Uno leyó atentamente la noticia y no es que esa es la cantidad máxima con la que se pueda sancionar, sino que es la que se propone para el caso concreto. Ayer leía uno la noticia de que unos mineros acusados de cortar con barricadas en dos días de enero y febrero de 2019 la autovía del Huerna en su vertiente leonesa llegaron a un acuerdo con el fiscal para rebajar las penas inicialmente solicitadas de tres años a uno. Además, un total de siete mineros tendrán que indemnizar a Aucalsa con unos 1.600 euros cada uno. Buscó uno sin éxito por la web qué trascendencia tuvieron las barricadas de hace tres años y medio. Como no lo encontró, evita uno expresar lo que se le ocurre. Le gustaría a uno saber en qué termina esta otra propuesta de macrosanción que se conoció hoy. Cuanto más se aleje la fecha de la resolución de la fecha de los hechos, mas injusta y exagerada aparecerá la sanción. Se dice que una justicia tardía no es justicia, claro que eso se piensa desde la parte perjudicada. Para el acusado, la justicia tardía es una bendición porque los corazones más duros se acaban ablandando.
Borrell deja dos frases para meditar: “Nuestra prosperidad estaba basada en la energía barata de Rusia”. Otra: “No podemos ser herbívoros en un mundo de carnívoros”.
El País recoge unas declaraciones de Feijóo en relación con la renovación de Consejo General del Poder Judicial. Las pronunció en un Foro organizado por El Mundo. El País podía haber omitido el lugar de las palabras, pero lo recoge con elegancia. No suele ser habitual.
Se va a aprobar una nueva ordenanza de terrazas en Oviedo. Hasta ahora leyó uno jaculatorias y denuestos. Queda uno a la espera de una opinión moderada porque, por principio, uno huye de los extremismos físicos y verbales.
Decepciona que el sector crítico de Podemos-Asturias manifieste que ganarán las primarias “si son limpias”. Se da a entender que no son. Lástima que ocurra eso en una formación que iba a regenerar o revolucionar el mundo.
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LECTURA DE LA PRENSA. LENTITUD INVERSORA
Asturias, en particular los partidos de la oposición, se queja de la baja ejecución de los Presupuestos Generales del Estado, sobre todo en el capítulo de inversiones, con especial énfasis en las inversiones ferroviarias, pero lee uno La Vanguardia y resulta que el editorial del día se titula así: “Colapso en la ejecución presupuestaria”. Mal consuelo para los asturianos saber que por otros lares ocurre lo mismo. La Vanguardia relaciona el retraso con deficiencias en la gestión, pero también con la complejidad del territorio y con la elevada fragmentación política que dificulta la toma de decisiones. Lo del territorio sirve seguramente también para la plana Castilla. Todos los territorios tienen alguna dificultad y si son planos, debajo hay acuíferos que no lo son tanto. Uno cree que se publican tantísimas normas que es imposible cumplirlas todas en tiempo y forma por muy competentes y sabios que sean los equipos encargados de impulsarlas. La cantidad de organismos que tienen que emitir informes preceptivos, sean vinculantes o no, los plazos necesarios para llevarlos a cabo, la necesidad de resolver los recursos administrativos y judiciales que se presenten en
todas las fases, desde los proyectos iniciales hasta las ejecuciones, hacen materialmente imposible cumplir presupuestos y plazos. Si, al fin y al cabo, los proyectos presupuestados se llevan a cabo, aun con algún año de retraso (seamos realistas) uno se daría con un canto en los dientes. Lo malo son los recursos dilapidados en proyectos que no se ejecutan o porque cambió el color político del impulsor o porque tenían tales deficiencias que vale más que no se lleven a cabo. Ese retraso en la ejecución no favorece la actividad económica (siempre que no se pague lo que no se ejecute, claro), pero por lo menos no dispara el déficit público.
todas las fases, desde los proyectos iniciales hasta las ejecuciones, hacen materialmente imposible cumplir presupuestos y plazos. Si, al fin y al cabo, los proyectos presupuestados se llevan a cabo, aun con algún año de retraso (seamos realistas) uno se daría con un canto en los dientes. Lo malo son los recursos dilapidados en proyectos que no se ejecutan o porque cambió el color político del impulsor o porque tenían tales deficiencias que vale más que no se lleven a cabo. Ese retraso en la ejecución no favorece la actividad económica (siempre que no se pague lo que no se ejecute, claro), pero por lo menos no dispara el déficit público.
Cambiando totalmente de tercio, sorprende la noticia de la orden de alejamiento de un barrendero de Gijón, que no puede acercarse a doscientos metros de ningún centro escolar. Habrá que reorganizar el servicio de limpieza y plasmarlo en coloristas cronogramas, pero eso es lo de menos. Lo notable del caso es que se remitió la detallada comunicación, con su nombre, su dirección postal y otros datos personales a todos los colegios. Será fácil que este barrendero, con el dinero que sacará por la exposición de sus datos, no tenga necesidad de barrer más en su vida.
Viñeta simpática en el grupo Correo sobre la inflación y los fondos de inversión. Una acotación: mucha gente está tentada de meter su dinero en los fondos de inversión. Que no pongan el grito en el cielo si vienen mal dadas y que asuman que si pueden ganar algo más, se arriesgan a perder lo invertido. Que no digan que los engañaron. Todavía encontrarán alguna normativa comunitaria que ampare su descaro y su codicia.
Sentimental carta póstuma de Juanjo Millás a los padres.
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