2007/02/17

MORTERA, TRÁNSFUGA


¿A dónde caminas? ¿De quien estás recibiendo órdenes por el celular? En la foto no se percibe con nitidez tu sonrisa hueca/mueca, pero, como decía Pilar Manjón salvando las distancias ¿de qué te ríes? Así te retraté caminando por la plaza del Ayuntamiento, por la plaza de lo que querrías que fueran tus dominios, un día de esos que voy de free lance.
Fuiste concejal del Partido Socialista (me suena mejor así que con las siglas PSOE) entre 1995 y 2004, hasta tu expulsión después de disidencias internas en tu grupo. No seré de los que digan que fuiste siempre una calamidad, y que ya se veía venir, ni que mientras eras socialista todo lo hiciste bien y ahora todo mal. No, pero esos cambios de chaqueta no lo puede entender ningún ciudadano honrado, ni los que votan al PSOE ni los que votan al PP.
Lo hiciste muy bien en la oposición, realmente eras la voz cantante. El cabeza de lista era Leopoldo Tolivar Alas pero el de las refriegas eras tú. Todo el mundo se preguntaba qué hacía Tolivar en la política. Yo creo que simplemente fue un tributo que quiso pagar a una cierta tradición familiar. Pero Tolivar es de los intelectuales pichafría. Su reino no es de ese mundo, no es del cuerpo a cuerpo. Él es hombre de informes, de debates sosegados. Con Tolivar estabas tú, Mortera, y lo hiciste muy bien, realmente hacías competencia a Rivi, la mosca cojonera de IU, que siendo dos, sonaban como todos vosotros.
Pero, Mortera, te fuiste apartando de tu partido o del grupo municipal. No pudieron ser esas diferencias ideológicas en las que no crees. Suenan a risa las disquisiones y los matices en el seno de cada partido, siempre hay críticos y renovadores, y parece que los críticos están más de acuerdo con el sector oficial del partido contrario que con el sector contrario del partido propio. Ya te digo, no serán discrepancias ideológicas. ¿No leo que ponen en tu boca un titular en el que dices que “en la realidad práctica de la vida de la gente las ideologías no significan nada”?. Eso dices Mortera, sanchopancista. Y apostillas con otra frase, ya en el interior “Lo que hacen falta son recetas, no ideologías”. Hombre, Mortera, ya decía Franco que no había que meterse en política.
¡Pues claro que hacen falta las ideologías! No es un caso resuelto el de si invertir más en un barrio pobre (vamos a simplificar pero así nos entendemos), que en un barrio rico, es una cuestión técnica o una cuestión política. Si el gobierno es de izquierdas es una cuestión política, reequilibrar. Si el gobierno es de derechas, puede ser una decisión técnica, o tecnócrata, si así se entiende mejor: hacer ciudad extendiendo comodidades y mejoras, uniformando. Sí es una decisión ideológica si lo que se persigue es la procura de que todos los ciudadanos tengan los mismos servicios y, a la postre, los mismos derechos en su entorno cotidiano. Cuestión claramente técnica es la de si los parques se riegan al amanecer o al anochecer y si se barren con aspiradoras o con escobas. Eso es una decisión técnica que la pueden hacer igual de bien o igual de mal partidos conservadores, progresistas o independientes.
Pero, Mortera, tú, que tienes plaza fija, que eres funcionario, que podías vivir sin estar en la política, ¿Por qué no dimitiste discretamente una vez que entraste en desacuerdos radicales con tu partido? Buen favor habrías hecho a la dignidad democrática. Porque no todo el mundo está obligado a pensar toda la vida lo mismo. A veces pueden ocurrir hechos relevantes, críticos, que hagan cambiar a alguien legítimamente de opinión: que te toque la quiniela, que te maten a alguien en un atentado terrorista o que sufras en tus carnes la inseguridad ciudadana o que seas testigo de una guerra. También se puede ir cambiando de opinión con la edad. Es lógico y nadie te lo iba a reprochar. Hay muchos ejemplos: Antonio Gutiérrez, Carrillo, Tini Areces. Otros más dignos, como Gómez Llorente, que es la viva imagen de la dignidad, se marcharon sin hacer ni el más mínimo ruido. ¡Daría algo por recuperar el texto de un brillante mítin en Pola de Lena sobre 1980!
Vuelvo a ti. En ese caso, lo que procede, Mortera, es irse apartando quedito quedo, sin meter ruido, poco a poco, pides pasar de una comisión política a una comisión técnica ya que dices que lo importante son las recetas y no las ideologías. Pero hiciste como Tamames, que no puede estar callado. Hay mil maneras de salir con la cabeza alta. En tu labor posterior, de Defensor del Ciudadano, poca labor hiciste. Ese sí que es un trabajo puramente técnico, estadística de quejas, contestaciones, remitidos. Un día mandé un correo a tu negociado, simplemente por ver si se leían. Era una cuestión facilísima, de receta, no ideológica, una sugerencia: pintar el nombre de Palacio Valdés en el busto del Parque San Francisco. Que tiene letras pero están borradas. Sí, me contestaste que ibas a gestionar una placa. Una placa ahí quedaría como la gocha. Es un busto de piedra con pedestal de piedra, pero bueno, ya no me iba a meter ni a cartear porque sé que es una minucia, y, además, inútil. Ahora me parece que ya no estás de Defensor del Ciudadano, pero como el busto seguirá con las letras ilegibles, tendré la oportunidad de volver a enviar un mensaje a esa web en busca de suerte y de respuestas.
No sé, Mortera, a lo mejor estás atado al apellido, un apellido tan rural y tan asturiano, terreno comunal de pasto (menuda coincidencia), de propiedad comunal, acotado durante determinados períodos del año.
Ay, Mortera, Mortera, que veías que se te pasaba la vecería y pasaste a caballo ganador para que te volviera a tocar el turno, el turno del poder y de las pequeñas prebendas de un ayuntamiento de provincias.
Mortera, me darás pena cada vez que te vea, cada vez que oiga.

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