REPARTO DE BENEFICIOS

En el café te dieron la solución pero no estás convencido del todo, así que allá va de nuevo el planteamiento.

En la vida real eres sujeto y objeto de recortes, lo que te da para meditar sobre sus efectos económicos para la economía de un país y del mundo, ahí es nada, y todo ello independientemente de la mayor o mejor justicia intrínseca de cada decisión.

Al hilo de la gran tijera que a base de sobrevolar las ondas acaba entrando en las mentes, piensas en esos recortes reales que te dan para lanzar proyecciones sobre hipótesis de laboratorio.

Partamos de los siguientes datos:

- Tenemos una empresa de diez accionistas y cien trabajadores.

- Pongamos que en esa empresa, por todos los conceptos brutos, se pagan 25.000 euros.

- Pongamos que al cierre del ejercicio de 2012, la empresa tuvo unos beneficios de 200.000 euros, que podrían repartirse, por simplificar:

a) 200.000 entre los diez accionistas (20.000 para cada uno).

b) 100.000 para los diez accionistas (10.000 euros a cada uno) y 100.000 entre los cien trabajadores (1.000 euros a cada uno).

c) 200.000 entre los cien trabajadores (2.000 euros cada uno).

Tanto los capitalistas como los trabajadores destinarían el reparto a consumo, no a inversión, unos en uno tipo de bienes y otros en otro. Teniendo en cuento lo anterior, la pregunta es ¿cuál es la mejor opción para la reactivación económica?

La respuesta será elemental, pero tú la desconoces.

En realidad el origen de la reflexión es si de debe recortar simplemente porque se puede recortar, es decir, porque se propaga el caldo de cultivo para ello, cuestión que remite a la matemática del reparto.