El espíritu navideño fomenta que alrededor de estas fechas afloren las buenas intenciones para el año que empieza. No es tu caso porque piensas seguir la tónica del anterior. Con el blog lo mismo. Puro continuismo. Tú, recalcitrante. ¿Qué mejor ejemplo de testarudez que dedicar el primer artículo del año nuevo a una noticia del año viejo?
Te vino la idea al leer unas páginas rosa de la prensa seria dedicadas a la ruptura amorosa de la periodista asturiana Luján Argüelles con su todavía marido.
Conoces matrimonios disueltos que se llevan razonablemente bien, que incluso se siguen besando, o dando besos, que seguramente no es exactamente lo mismo, o no en todos los casos. En Internet puedes encontrar descripciones y vídeos de besos de todas clases, pero ninguno de ruptura.
No todos los besos son para tirar cohetes, baste pensar en el beso de Judas, pero los besos no son lo que eran. Con el paso del tiempo se banalizaron hasta terminar en pura fórmula de despedida. De ahí que el twit de ruptura de la periodista, después de pedir a su ex que dejara de marear, finaliza con un BESOS. El último signo de puntuación, eso sí, es un punto final.
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