2012/05/11

PREPOTENCIA

Mientras esperas en la Corrada del Obispo de Oviedo a que sean las cuatro de la tarde y abra el Archivo Diocesano, donde pasarás un rato escudriñando viejos papeles, ves pasar un monovolumen que se dirige hacia el Tránsito de Santa Bárbara. Se apea el conductor, abre la verja que protege la torre románica de la catedral, aparca el vehículo y se va a su trabajo, quizá de restauración de alguna dependencia episcopal.

No es la primera vez que reparas en ese detalle, nimio si se quiere, pero que implica, como mínimo una falta de estilo. Si se peatonalizó el Oviedo antiguo, si una verja impide permanentemente la entrada a visitantes, curiosos y meones, no encuentras motivo ético ni estético que justifique esa ruptura de la armonía. Los coches en los cascos antiguos de las ciudades te molestas de una manera especial, máxime si los encuentras en entornos especialmente protegidos.

Si el vehículo tuviera que llegar hasta allí para transportar muestras o trasegar materiales, pase, pero por el simple hecho de que su conductor asuma la dirección de obra o gestione el plan director u ostente alguna responsabilidad relevante en alguna obra del entorno catedralicio, no lo ves justificado en absoluto. Pero el que tiene la llave…

El poder y la prepotencia se muestran a veces en estos gestos tan antiestéticos.

A veces los tuyos también aparcan sus coches en los mismos andenes de las estaciones, en la idea de nadie se va a atrever a decir nada habiendo tantas cosas peores.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi en alguna ocasión me prohibieron hacer fotos en alguna recóndita estación mesetaria al tener el jefe de estación el coche a la sombra de la marquesina del andén, o en otros casos estaban lavando el coche. Estamos en España, todos nos llevamos algún folio del trabajo...

Alipio dijo...

Desgraciadamente, todavía hay clases.

Saludos.