HABLANDO CON TRES MUERTOS

Habría que añadir…cuando estuvieron vivos.

La portada de tu periódico anti-Cascos trae la noticia de tres muertos con los que hablaste alguna vez.

Por un lado está la del ex fiscal antidroga de Asturias José Luis Rebollo con quien coincidiste con motivo de algún caso atendido como abogado de oficio, seguramente con mal resultado para tu defendido.

Con Carlos Fuentes, premio Príncipe de Asturias de las Letras te encontraste en una playa canaria al poco de concederle el premio. Estaba bañándose en el mar muy cerca de ti, solamente con el torso al descubierto entre el agua, y estabas seguro de que era él porque esa mañana habías leído en EL PAÍS que Fuentes iba a conocer a Saramago, que vivía en las islas. Pensaba estar bañándose en el anonimato y charlaste un rato con él de literatura americana y de Saramago. Le confesaste que no habías leído nada suyo, pero al terminar el verano te aplicaste con “La muerte de Artemio Cruz”.

A Macrino Suárez, último ministro republicano en el exilio, lo viste siempre como un hombre digno, revestido de la misma hombría que tu profesor de Derecho Financiero Mariano Abad predicaba de José Maldonado con el que coincidió en un exprés cuando regresaba a Asturias desde el exilio. Macrino tenía un porte serio, no de no reírse, sino de formalidad. La última vez que hablaste con él fue en la plaza de la catedral, tú vendrías del Fontán, y él con Lorenzo Cordero de su tertulia de La Belmontina. Charlamos de la triste desaparición de La Voz de Asturias, que dirigiera en su día Cordero, hacía menos de una semana.