LECTURA DE LA PRENSA. FIARSE
Lee uno en El País que Feijóo dejará gobernar a Sánchez si gana las elecciones, es decir, que se abstendrá para que el PSOE no necesite votos de los partidos situados a su izquierda, en particular la izquierda nacionalista. Feijóo pide a Sánchez lo mismo, que si gana el Partido Popular se abstenga para no tener que echar mano de los votos de Vox. En principio parece una cuestión simétrica equiparable, pero no lo es, porque para el PSOE los partidos a su izquierda son legítimos mientras que Vox no, y pide al PP que asuma ese principio, que no son simétricamente iguales los partidos de la extrema izquierda y de la extrema derecha. O lo que es lo mismo, que los partidos no son tan de extrema izquierda; o por rizar el rizo, que si lo son, son legítimos, y Vox no, por atentar contra principios constitucionales. Los partidos a la izquierda del PSOE también desean cambiar artículos básicos de la Constitución, pero se trataría de una aspiración legítima, de progreso, mientras que la aspiración de la extrema derecha no es de progreso, sino de regreso o regresión.
Para uno la cuestión de fondo es la siguiente: ¿los votantes del PP en realidad a quien votarían sería a Vox, que representa su programa máximo, pero votan al Partido Popular por realismo y porque Vox espantaría a mucha gente? ¿los votantes del PSOE en realidad a quien votarían sería a Podemos (o afines), que representa su programa máximo, pero votan al PSOE por realismo y porque Podemos espantaría a mucha gente?
Tituló uno ‘fiarse’, y esa era la idea, pero uno derivó por otros derroteros. Ahora vuelve. ¿Se fiarían de esa promesa de Feijóo sus no votantes? ¿Y de Sánchez, si prometiera tal cosa?
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LECTURA DE LA PRENSA. INSISTENCIA EN LA MEDICIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
Pasa uno muchas veces de peatón y de conductor delante de estos andamios en Ciudad Naranco. Un choque como peatón sería seguramente leve y consecuencia de ir pensando en las musarañas mientras se consulta imprudentemente el móvil. Quiera Dios que uno nunca tropiece (como conductor) contra ellos. Si tuviera esa desgracia, uno (y quienes le defiendan con griterío y en las redes) diría que no tiene culpa de nada, qué cómo estaban así esos andamios sin ninguna clase de protección, sin ningún mogote de cemento que impida que, por un despiste (del que tampoco uno tendría la culpa, porque la vida es muy complicada) o por un fallo mecánico, acabe con el trampantojo hecho añicos.
Uno desconoce cómo se regula este mundo de los andamios, pero claramente ve que la seguridad en el andamio de la esquina es muy endeble. Sin embargo, puede que la cadena de mandos de la empresa haya cumplido los protocolos. Puede que los responsables municipales, autonómicos o estatales hayan visitado la instalación y la hayan encontrado conforme a Derecho. Y que la Inspección de Trabajo, si hubiera sido requerida para ello, no haya detectado nada anormal.
Un día puede ocurrir alguna desgracia y entonces todos serán a tirar de la manta. Exculpado el conductor que pegó contra el andamio, ¿tiene alguna culpa el encargado de la obra por no poner una protección que la norma no prevé? ¿tiene alguna culpa el órgano administrativo (su responsable) por no haber establecido la obligatoriedad de una protección en instalaciones singulares? Uno cree que este último no. Sin embargo, en opinión de uno, el responsable de la instalación, teniendo en cuenta el riesgo concreto, debería adoptar medidas de seguridad adicionales, aunque no estén previstas por la norma. Es decir, la responsabilidad penal no puede llegar hasta el que el que NO crea la norma y por el hecho de NO crearla.
¿Qué tiene que ver todo lo anterior con la prensa del día? Por la noticia que publican, entre otros, La Voz de Galicia.
(Después de este comentario tan personal y embarullado, uno está obligado a aclarar que, por minoritaria que sea su opinión, está con el fiscal)
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