Un artículo que se precie ha de comenzar con una introducción que justifique el título, por estrambótico que resulte. Uno asistió a decenas de jornadas de formación con un ánimo que oscilaba entre el escepticismo y el sincero interés. Lo que uno no hubiera estudiado dentro de la formación reglada pretérita le sonaba a milonga americana o japonesa, por ejemplo la inteligencia emocional, la reingeniería de procesos o el pensamiento lateral, que es algo así como enfrentarse a un problema poniéndolo todo patas arriba, imaginando alternativas novedosas aunque rayen en la chifladura. La introducción queda muy bien así: “A menudo surgen desafíos que parecen no tener solución, en ocasiones, buscar un nuevo enfoque de pensamiento puede ser la solución al problema. A través de nuevos marcos y modelos de pensamiento se pueden encontrar nuevos métodos de razonamiento y resolución de problemas. El pensamiento lateral es una de estas herramientas. Básicamente, el pensamiento lateral es un sistema de pensamiento creativo que enfrenta los problemas para crear soluciones innovadoras. Edward de Bono, psicólogo y autor de este pensamiento, presenta a esta metodología como una alternativa al pensamiento analítico habitual del ser humano”. Hasta aquí la introducción para hablar de ‘mi libro’, que diría el inefable Francisco Umbral.
Hablemos de sabores. Los jugadores españoles, después de perder con Japón, llegaron al hotel sin ninguna gana de probar ni de oler la ibérica tortilla. En unas páginas entre informativas y publicitarias de la sierra madrileña se incluye una foto de una fabada con ingredientes autóctonos-madrileños. Uno es abierto de mente y no se le ocurre decir que si los ingredientes no son asturianos, la fabada hay que tirarla a la basura, como tampoco se cree que la mejor merluza del mundo sea la del Cantábrico o que el pulpo si no es gallego, uno no lo prueba. Uno es poco chauvinista culinario. Siguiendo gastronómico, Manuel Vicent, en esos artículos que constituyen auténtico pensamiento lateral (y deconstructivo, si no se ofendiera el autor) dedica su columna a recordar cómo el progresismo fue ganando la batalla del paladar, reservada décadas atrás a los paladares conservadores, más exquisitos y pudientes. Exagerando un poco, puede establecerse el punto de partida en la famosa foto del picnic de los socialistas sevillanos en 1974. Con esa ilustración, Vicent traza un artículo ingenioso como los suyos. Uno leyó con gusto este artículo, pero no lo traería aquí si no hubiera encontrado posteriormente en las páginas de deportes la congoja de la tortilla futbolística española y si en páginas anteriores más serias no hubiera dado con una entrevista con Bill Hanson, científico autor de un libro “Cuestión de olfato: historias asombrosas sobre el mundo de los olores”, con revelaciones tal que estas: “No compres feromonas para conseguir sexo, no funciona; trabaja en tu personalidad”. O estas otras sobre la importancia del olfato: “Todo lo hedonista, como la buena comida y bebida o el buen sexo, depende mucho del olfato. Hay muchas interacciones olfativas, todo esto se conecta y cuando algo es esfuma, mala señal, porque no puedes realmente disfrutar de ello como antes. Con tu pareja e hijos, mucho del olor se funde en un aroma común cuando se convive”. Ahora cada uno puede echar a volar la imaginación y rememorar olores de las situaciones que tenga a bien recordar. Y hasta aquí puedo leer…
Esas noticias laterales o colaterales sobre los olores y los sabores, le dan pie a uno para reseñar un libro de Xulio Concepción titulado “Por el paisaje asturiano con los cinco sentidos”, que ayuda a disfrutar del paisaje y conocerlo a través no solo del clásico sentido de la vista, sino de los otros: del oído, del olfato, del gusto, del tacto. Aqui una breve reseña → https://sipiluchi.blogspot.com/.../por-el-paisaje...
Como hoy está uno un tanto filosófico, decir que le llamó la atención la entrevista al profesor de filosofía jubilado Alberto Muñoz, que fue también Presidente del Consejo Escolar de Asturias. Fue alumno fugaz de Gustavo Bueno, del que dice “Tenía una cultura filosófica y científica extraordinaria, pero leí sus libros, puse mucho empeño y al final decurso no llegué a entender nada”.
Uno puso también mucho empeño en leer la entrevista de Amia Srinivasan, brillante intelectual feminista: “Hay que crear una cultura sexual que desestabilice la jerarquía del deseo”. Leyó uno la entrevista completa con gran interés y pausa y no logró desentrañar el sentido de la frase, pero queda uno tranquilo sabiendo que tampoco el filósofo Alberto Muñoz logró entender a Gustavo Bueno. El entrevistador la presenta así: “Amia Srinivasan es una ráfaga que no cesa de fogonazos de inteligencia que deslumbran al interlocutor, lo arrinconan en sus prejuicios y lo sacan de pronto de esa esquina acorralada con ideas y propuestas provocadoras e inesperadas”. Esta noche meditará uno sobre todo lo anterior como alternativa al conteo de ovejitas. A ver.
Si uno no lo entendió puede deberse simplemente a ignorancia o a que es un intruso en esos saberes, que se atrevió a adentrar en ellos después de leer la columna de Sergio del Molino. Interesa estar con el autor : “El intruso no tienen barra libre para desbarrar y ha de ganarse la atención y el prestigio tanto como los demás, pero ha de ser el propio debate y sus argumentos los que pongan a cada cual en su sitio, y no credenciales repartidas a priori. Quizá baste con que cambien levemente la actitud: antes de llamar a los guardias para que expulsen al polizón, estaría bien escucharle un poco”.
Metido en tanta harina no tiene tiempo uno de desear que ojalá Cascos fracase con su nuevo proyecto político y, de paso, el de quienes se embarcan con él ¿No estuvo bien ya? O de alegrarse de que se hayan cumplido a rajatabla las reglas que impidieron examinarse a unos aspirantes a funcionarios que llegaron al examen con menos de una hora de antelación (de acuerdo con las bases) y se encontraron la puerta cerrada, por lo que pusieron el grito en el cielo. Quizá estaban acostumbrados al aprobado general. El trabajo ye otra cosa, amiguinos.
Con tanta confusión sinestésica dejó uno pasar de largo el tren de las noticias del día.
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LECTURA DE LA PRENSA. EL TAPÍN
Este último sábado, sin ir más allá, se encontró uno con el autor de un artículo publicado en la revista cultural llanerense Perxuraos, que se editó con carácter anual durante varios años. Una revista que uno sitúa entre las tres de mayor calidad que se publican en Asturias. Le preguntó si tenía algo para el próximo número, a lo que respondió que de momento no habría más números ya que Tecnapín había cortado el grifo. Tecnapín era la sociedad que, gracias a su generoso mecenazgo, según reza el último número que uno acaba de consultar para la ocasión, hacía posible que la revista viera la luz. El Consejo de Redacción de la revista lo preside Ramón Rodríguez, Director del RIDEA, y el Secretario era Roberto Álvarez, que acaba de fallecer de forma repentina. Roberto Álvarez, además, presidía otras asociaciones de mucha vitalidad y visibilidad local, pero más que nada era el todo del periódico llanerense El Tapín, cuyas páginas y noticias uno visitaba a diario. Uno ve un futuro muy negro para aquellas entidades en las que una persona lo es casi todo, pero desea, sinceramente, equivocarse. En el caso de la revista Perxuraos, el salto mortal es doble.
Comienza uno con una pésima noticia, pero los periódicos a veces publican aspectos positivos, puede que según tenga ese día el firmante. Ramón Punset, Catedrático de Derecho Constitucional, tuvo un buen día al recordar “Lo que nos une: el Estado Social”. Así publica su artículo y estos son los tres hitos que hacen a Punset sentirse orgulloso: una sanidad pública universal tributariamente financiada; el sistema público de pensiones de jubilación que ningún partido rechaza; un derecho a la educación ampliamente garantizado, comenzando por una enseñanza básica obligatoria y gratuita. En un párrafo de su artículo escribe esto: “No conozco un precepto más rico de aciertos y de matices que el artículo 27 del texto constitucional”. Uno no pudo aguantarse y lo consultó en el acto. Es el artículo dedicado a la libertad de enseñanza y al derecho a la educación. Efectivamente, consta de diez apartados de gran precisión técnica alrededor de los cuales se fue armando el sistema educativo. https://adefinitivas.com/.../articulo-27-constitucion.../
Hace unos días entró uno en una sidrería (gran centro de cultura) y como estaba allí un abogado, cliente habitual de ese y otros establecimientos del ramo, el camarero preguntó según entraba: “A ver, vosotros, ¿cuántos artículos tiene la Constitución Española?”. Uno contestó: “Creo que 169”, a lo que el otro apostilló: “Más las disposiciones adicionales”. El camarero quedó en estado de mudez y perplejidad. Por lo visto acaba de cruzar una apuesta leve con algún cliente o compañero. Viene esta historia chigrero-constitucional a cuento de esta anoticia de hace unos días: “El Estatuto de Autonomía de Asturias es ‘más fácil’ para todos al cumplir 40 años”. El meollo del asunto es que ‘Plena Inclusión’, federación de asociaciones de personas con discapacidad intelectual, redactó de forma sencilla la norma regional para acercarla a la ciudadanía. Uno sabe exactamente donde tiene un ejemplar impreso de la Constitución metido entre tal y tal libro en la estantería, pero no tiene tan localizado el Estatuto de Autonomía. Sabe que tiene un ejemplar azul que debe andar por ahí metido. Por si surgiera una discusión chigrera acaba de consultar el vigente Estatuto para saber cuántos artículos tiene y, a bote pronto no sabría dar una respuesta concreta porque el último artículo es el 56bis ¿Tiene 57 artículos, por lo tanto, el Estatuto? ¿O Tiene 56? Ninguna respuesta es correcta porque hay artículos que fueron suprimidos y hay otros varios bis. Esta chanza no tiene más motivo que confesar la diferencia abismal en el respectivo conocimiento de la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Asturias, pese a que el nivel competencial y el presupuesto que gestiona el Principado es más que considerable.
Murió Raúl Guerra Garrido, que ganó en 1976 el Premio Nadal con su novela “Lectura insólita de ‘El Capital’”, cuya trama se desarrolla alrededor del secuestro del industrial vasco Lizarraga, que se entretiene leyendo la obra de Carlos Marx durante su cautiverio. Uno debería volver a leer esta novela, pero no lo hará, porque hay tanto por leer… Una novela superior, en opinión de uno, a “Patria”, tan previsible. https://sipiluchi.blogspot.com/.../patria-de-fernando...
La Nueva España sigue con la entrevista biográfica iniciada ayer al profesor de filosofía Alberto Muñoz. Merece la pena reproducir dos respuestas originales;
–¿Cómo era dar Filosofía, una asignatura un poco marciana?
–Sí, supone un nivel de abstracción alto y, a lo mejor, la edad es temprana para eso. Pero si la explicas bien al final les gusta. La historia de la filosofía es un recorrido y vislumbras algo cuando acaba el curso. Mientras dura el curso parece un catálogo de autores que van diciendo ocurrencias a lo largo de los siglos. Esto pasa en un año, que es poco tiempo, y en un curso, segundo de Bachillerato, en el que hay mucha tensión porque los profesores queremos que aprendan lo más posible y ellos quieren sacar la mejor nota.
–Le gustaba dar clase, pero en seguida empezó a meterse en la estructura, a ser jefe de estudios... cosas peores que ser presidente de la comunidad de vecinos.
–Fue de causalidad. En toda mi vida profesional solo estuve tres años de profesor normal, uno de prácticas y dos al final. La mitad de mi carrera la pasé en la docencia, y la otra mitad, en la Administración. En 2000 me incorporé a la Consejería de Educación. Tuve la suerte de estar en distintos sitios, lo que es un estímulo porque la rutina empequeñece. Me ofrecieron la jefatura de servicio de Ordenación Académica y me pareció un reto en el que aprendí mucho sobre legislación educativa. Cuando pasé a Personal aprendí normativa y procedimiento de adscripción a los centros, y en la dirección de Planificación, Centros e Infraestructuras, un año, y fue otro aprendizaje más.
La primera pregunta/respuesta la trae uno aquí por su originalidad. En la segunda respuesta se fijó uno por el detalle de cómo se asignan los puestos no al que más sabe de la materia (porque reconoce que fue aprendiendo) sino por ser persona de confianza, se supone. Eso mismo le pasó a uno en muchos de los puestos que fue ocupando, no quiere decir uno que fuera como persona de confianza, pero sí que no tenía gran idea a priori de las funciones concretas que le esperaban en ninguno de los puestos en los que aterrizó, pero fue aprendiendo a base de lecturas y de echar horas. Por cierto, lee uno en el Diario de León que el único abogado de plantilla del Ayuntamiento leonés acaba de plantear un pleito a la propia entidad por el exceso de trabajo ya que desde el año 2014 se fue reduciendo la plantilla y quedó el solo teniendo que asumir todo el trabajo. Reclama 491.000 euros. Interesante desde el punto de vista jurídico.
Dado que el profesor entrevistado era de filosofía y prometió uno contar una batallita, ahí va. Quiso la casualidad que en la vivienda anterior a la actual fuera vecino del portal el Presidente de la Sociedad Asturiana de Filosofía, pero resulta que en el piso anterior a ese, también uno fue vecino de rellano del presidente anterior de la misma Sociedad Asturiana de Filosofía. En una ocasión, realizamos un corto trayecto en un coche. Hablamos de 1982. Acababan de conceder el Premio Príncipe de Asturias a Mario Bunge, con frecuentes apariciones en los Cuadernos del Norte, de los que uno se benefició como bienes gananciales que eran al estar los Cuadernos patrocinados por la Caja de Ahorros. A aquel Profesor de Filosofía, de la escuela de Bueno (de la cuerda dejó de ser) uno le confesó que había leído con atención alguna cosa de Bunge pero que no había entendido ni papa, a lo que el filósofo presidencial contestó: “Yo tampoco entiendo de astronomía y me tengo que joder”·
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