Con la guerra abierta dentro del PP madrileño, cualquier otra cuestión de la política nacional queda oscurecida. En vista de ello, uno se dedicó a analizar a los adivinos, es decir, a la prensa madrileña para comprobar qué decían de lo que estaba a punto de ocurrir.
En la portada El País titulaba así: “El PP investiga si Ayuso favoreció a su hermano en un contrato. La guerra entre la dirección nacional de Casado y la presidenta de Madrid estalla con acusaciones de espionaje que Génova niega”. El País tiene la gallardía de indicar que la investigación al entorno de Isabel Díaz Ayuso la adelantaron El Mundo y El Confidencial.
Precisamente El Mundo da este titular en portada: “Un cargo municipal recurrió a un detective para investigar a Ayuso. Un ex ministro de Rajoy alertó a la presidenta de que se escrutaba a su hermano por encargo del Ayuntamiento de Madrid. Almeida sostiene que no hay pruebas de que se hiciera esta petición”. El Mundo dedica un editorial bajo el rótulo “PP: una deriva autodestructiva”, y este texto seleccionado “La turbia maniobra contra Ayuso exige explicaciones inmediatas”. En páginas interiores titula también: “Almeida investiga si se encargó un espionaje a la familia de Ayuso desde una empresa municipal. Ha interrogado y montado careos entre funcionarios tras recibirla información de que desde la EMV se intentó contratar a una agencia de detectives para obtener documentos bancarios. Ayuso fue avisada del espionaje por un ex alto cargo del PP hace dos meses. Génova dice que es un montaje y el Ayuntamiento, que no ha hallado pruebas”.
ABC también lleva el caso a la portada: “La pelea de Casado y Ayuso deriva en guerra sucia sobre presunta corrupción. Acusaciones cruzadas de espionaje y contratos a dedo al hermano de la presidencia madrileña”.
La Razón o no olió la noticia o no quiso publicar nada. La Nueva España tampoco en sus dos páginas de información nacional.
Cambiando de tercio, se fijó uno en la tercera del ABC, que firma José María Carrascal, más digerible cuando trata de asuntos políticos, pero no necesariamente de la marrullería partidista. Dedica su tercera a la España vacía, que no vaciada. Un artículo entretenido e interesante. Por cierto, Carrascal alude a sus antecedentes familiares en la montaña leonesa.
El País publica que el 27% de las mujeres ha sufrido violencia de alguna pareja y concreta la violencia en cuatro manifestaciones: pegar, amenazar, gritar o violar. ¿Gritar? ¿Gritar es violencia si la ejerce un hombre y no una mujer? Igual alguien defiende sólidamente que sí.
De El País destaca uno un editorial dedicado al cáncer y su sesgo social, es decir, cómo los más desfavorecidos social y económicamente tienen más probabilidades de padecer algunos tipos de cánceres, eso sin contar también con las posibilidades de tratamiento una vez detectado, que el editorial no analiza.
Pedro de Silva, al hilo de los reparos morales de Djokovic, matiza acertadamente que su actitud trasciende la moral individual desde el momento en el que un comportamiento así tiene implicaciones colectivas.
La Voz de Asturias, al publicar la noticia de un tinetense que recibió una sanción por una manifestación no autorizada, insiste por dos veces en hablar de concretaciones en vez de concentraciones.
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