2014/10/16

LOS PUESTOS DE TRABAJO

Salían estos días en la prensa dos noticias en las que observaste un punto común.

Por una parte, a cuenta y cuento del macrogeriátrico de Felechosa, proyecto estrella del Montepío de la Minería, con una ocupación del 30%, leías: “El equipamiento busca residentes para mantener sus 60 puestos de trabajo”.

Por otra, la directora de la Fundación Príncipe de Asturias hace hincapié en el empleo que crea la Fundación: “directo alrededor de 250 personas, indirecto mucho más. Hay que pensar en la hostelería, los taxis, las tiendas de ropa, la publicidad que se genera para los medios, la promoción de Asturias, la actividad cultural gratuita y de calidad...”

Te tiene confundida la prioridad publicitaria del argumento-puesto de trabajo pero quizá estén en lo cierto en que es fundamental que haya trabajos de cualquier cosa y con cualquier pretexto. Cuando nos acabábamos de integrar en Europa y se aligeraron los trámites fronterizos, hubo quien se agitó porque implicaba la desaparición de puestos de trabajo, pero supones que en conjunto será mejor la desaparición de fronteras.

¿Hay que mantener el geriátrico porque aporta un valor, un bienestar a la población potencial o realmente usuaria, o por mantener unos puestos de trabajo? ¿Hay que mantener unos premios porque merece la pena galardonar a personas meritorias o por mantener lo que, obiter dicta, detalla la directora de la Fundación?


Te queda la duda de si el argumento-puesto de trabajo es un objetivo o una trampa. Hay quien piensa que es mejor eliminar directamente los puestos improductivos (que no aportan valor, se diría hoy) para ahorrar de paso toda el costoso artificio que gira a su alrededor. Claro que a lo mejor con el vendaval volaba el tuyo, pero el tuyo ni se toca. 

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