Gracias a tu amigo Martín (y su señora, que es una Flor) obtienes una entrada para el Concierto Premios Príncipe de Asturias celebrado en el Auditorio de Oviedo la tarde del día 25 de octubre con asistencia de los Príncipes, que fueron recibidos con pitos en el exterior, pero no por ellos, o no especialmente, sino a cuenta de un conflicto laboral.
Haciendo cola para entrar te cruzas con Guti, codirector de la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo y pariente lejano. Esa tarde sus gaitas y tambores, para sobresalir por encima de la pitada, tendrán que redoblar y esmerarse más en el volumen que en la afinación.
También tienen entrada tu mujer y tu hija, juntas ellas, pero a ti te dejaron solo frente al mundo. Cumpliendo con el protocolo, a las siete y media estás sentado en la fila seis de pares, asiento dieciséis. Falta media hora para el inicio del concierto. A tu derecha, junto al pasillo se sientan dos mujeres. La más próxima te pregunta que si du yu spik ínglis, le dices a que a lítul, pero que un poco de french yes. Ella que nein de french. No hay posibilidad de comunicación. Podrías hablar de algo con el de la izquierda, pero, además de llevar compañía, te van las aventuras difíciles en la butaca de patio.
Miras el reloj. El tiempo no avanza. Faltan todavía veinticinco minutos. ¿Qué frase puedes elaborar? ¿Qué puedes decir? Después de pensar un buen rato y meditar una pronunciación, te sueltas:
-Where are you from?
-Of Afganstain (o algo así).
Y muestra una insignia con predominio de verdes y dorados prendida en su solapa, un símbolo que para ella será universal, pero que tú ignoras. Así y todo, con gestos, haces muecas de admiración y asombro. No aplaudes porque no toca en ese momento.
No es obligatorio hablar siempre, pero uno desconoce el término medio entre la descortesía del silencio y la locuacidad del charrán, así que se lanza a preguntar por the war y cubriendo la cabeza semejas un burka o la hihyab o como llamen a esa prenda con la que se tapan las mujeres afganas.
Cuando faltan diez minutos, entra el tropel de fotógrafos para tomar posiciones al retratar a los príncipes.
- What?
- Princes arrive (Querías decir que llegaban los príncipes, no sabes si te habrá entendido).
- ¡Oh!
Suena el himno nacional.
- The official song (¿cómo se dirá himno?)
- ¡Oh!
Comienza el concierto. El libreto está en castellano y tú estás incómodo. ¿Cómo habrán estado los violines, el trombón, la cuerda de bajos del coro? Bien, supones, pero tú tenías otras preocupaciones. Del concierto únicamente podrías destacar que el barítono tapó por completo la voz del tenor, lo que no valoras como mérito de la voz dominante.
Con tu rudimentarísimo inglés vas traduciendo y mostrando en el móvil los títulos de algunas piezas, hasta que, a falta de PDA u otros artilugios electrónicos, se te ocurre mandar un SOS/SMS a tu hija para que te traduzca los títulos. Misión cumplida.
- 1.- When the war finished. 2.- Let’s dress our country forests. 3.- The remembrance of past matters. 4.- The pioneers plant the forests. 5. The members of the yuoug communist league advance. 6.- A walk in the future. 7. Glory.
- ¡Oh!
Para finalizar, con el público puesto en pié, la orquesta interpreta the official asturian song o algo así.
Al llegar a casa, miras intrigado en el periódico las páginas dedicadas a los Premios Príncipe de Asturias por si alguien de Afganistán tenía alguna relación con los premios y lees que el día anterior intervino Fatana Ishaq Gailani en un acto en Mieres exponiendo la situación de las mujeres en su país. Buscas su nombre en Internet y reconoces a quien el protocolo o la suerte colocaron a tu lado, la Premio Príncipe de Asturias de Cooperación en 1998. Si fue el protocoló acertó al acercar premiados porque tú recibiste el premio como segundo clasificado en un campeonato colegial de ajedrez. Todavía conservas el galardón: un estuche de plástico azul oscuro con doce lápices de colores, del que no todas las barritas se habrán estrenado.
Tu compañera de asiento lucía para la ocasión un brillante pelo negro sin aditamento alguno que la cubriera, dicho sea sin malicia porque unas veces tú llevas hasta gemelos y otras veces te viste el enemigo, según la ocasión, y tampoco vistes igual para un concierto que para una manifestación.
2 comentarios:
Joder.... y yo que pensé que la música era lo más importante!
Pa la próxima: himno = anthem. Y ante tu posible duda, el origen de "anthem" es del griego ἀντίφωνα (antiphōna), que derivó en inglés antiguo a antefn.
Mi único mérito aquí es la traducción, como en el concierto; para todo lo demás... Mastercard, perdón, Wikipedia y el plasta del porín. :)
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