Del tiempo lleva pendiente uno (y más de uno y más de veinte) cerca de quince días, desde que se apuntó a una ruta de la Asociación lenense Vindonnus al Cuitu Nigru que partiría de la explanada del Parador de Pajares. Iba a tener lugar el pasado domingo, pero las previsiones eran pésimas los días previos y hubo de posponerse hasta este, en el que todos miraban con un ojo al cielo y con otro a las aplicaciones climáticas del móvil. El cielo se portó, así que a la hora prevista comenzamos a enterarnos de la historia del Parador, de sus antecedentes inmediatos, de sus vicisitudes económicas y políticas, de su tendencia arquitectónica con guiños a la arquitectura regional y a la herreriana de El Escorial (por el Imperio hacia Dios). Se conservan (se supone) dos murales de Paulino Vicente, pero como no hubo posibilidad de verlos, tampoco se tomó un café en la cafetería. Otra vez será o serán. Después de recibir amenas explicaciones de Alfonso González de Lena se fue subiendo hasta Cuitu Nigru con paradas intermedias para recibir explicaciones de la historia, de la instalación y de su problemática. Imposible adivinar la edad de Alfonso, ágil como un gamo, derecho como una vela. Arriba, el menú reparador en la cafetería del mismo nombre, de original disposición circular. Como uno compartió mesa con el guía, se dejó guiar a la hora de elegir el menú: garbanzos con callos (con la alegría necesaria para reponer jarra de vino) cordero guisado en su punto y flan caramelizado con nata. Gran menú y buena conversación
Hace unos días leyó uno que Mieres organizaba también unos itinerarios gastronómicos, culturales e históricos. Tienen buena pinta, pero uno cree que por estética, lo de gastronómicos debería colocarse en último lugar aunque uno lo ponga mentalmente delante.
Por lo que uno va viendo, hoy tocan notas culturales. En Avilés se presentó una biografía póstuma de Manuel Feito, sempiterno párroco de Miranda e interesado por las más variopintas aficiones culturales. Dos detalles le llaman a uno la atención: 1/ que entre los participantes estaba el crítico José Luis García Martín, fotografiado con mascarilla, él que es un furibundo detractor (bien es cierto que en exteriores, se supone) y así lo refleja en su blog personal en cuanto tiene ocasión. 2/ en realidad lo segundo no llama la atención porque es la miseria de la vida y es que como José L. García Martín escribe en El Comercio, La Nueva España no recoge ninguna declaración o comentario, y cuánto le extraña a uno que el crítico literario haya estado callado. https://cafearcadia.blogspot.com/
Leyó uno en El País que las residencias de mayores se inspeccionan más bien poco, dice que ni una vez al año. Pone el ejemplo de Asturias: toca a 39 inspecciones por cada supervisor. Uno hace números. Si cada supervisor visita una residencia un día sí y uno no, y el que toca no, se dedica a redactar el informe, puede visitar diez residencias al mes. En cuatro meses deja despachadas las 39 inspecciones que le corresponden. Quedan días en el año para leer normativa, asistir a cursillos, reconocimientos médicos,...salvo que el funcionario quede enterrado la mayor parte de los días en la maraña administrativa del despacho.

A veces uno presume de fotos junto a gente famosa. Habrá sido el caso de Alejandro Calvo, actual Consejero de Medio Rural, pero que anteriormente ejerció como responsable de Recrea, entidad que organizaba los eventos festivos en Laboral Gijón, y en virtud de aquella función se fotografió con José Luis Moreno. Ahora las cañas se volvieron lanzas. Trágame tierra.
LNE dedica su editorial a la financiación autonómica, pero uno cree que acierta con el resumen fijándose únicamente en la viñeta.
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Comienza hoy uno con una lectura fuerte, la de Jiménez Losantos en El Mundo. Su columna se titula "Vuelve Largo Caballero". Así ´lo inicia: "La Ley de Inseguridad Nacional que pretende imponer el Gobierno socialcomunista liquida, en una situación que él mismo defina de crisis (sic), todas las garantías constitucionales e impone la militarización forzosa de todos los adultos, la expropiación de todos los bienes y la sumisión de los medios a los objetivos del Gobierno”. Repasa a continuación Jiménez Losantos algunas frases de Largo Caballero y termina así su artículo: "A esta izquierda criminal reivindica un Gobierno criminal". FIN. Uno quiere recordar que la Ley de Expropiación Forzosa, del año 1954, es una ley de gran perfección técnica según los especialistas en Derecho Administrativo, que derivando de alguno de los Fueros franquistas encajó, sin embargo, sin estridencias en la Constitución de 1978. Hace uno un paréntesis por aquello de derivar una norma de otra superior y buscar el encaje. Uno estudió Derecho en parte por apuntes y en parte por libros de texto aunque no eran exactamente tales, sino más bien materiales cualificados de consulta. A uno le pillaron varios manuales todavía de la época franquista que había que actualizar con urgencia porque comenzaba a regir la Constitución y leyes de desarrollo. De aquella, el manual básico de Derecho Penal era el de Rodríguez Devesa, de dos tomos. Como los libros costaban una pasta, a veces uno había comprado uno que quedaba obsoleto a mitad de curso, por lo que pedía uno reciente prestado para comparar con el antiguo y realizar manualmente las anotaciones oportunas, o fotocopiar y pegar en el de uno las páginas enteras nuevas. Estaba uno intrigado y pensaba que la Constitución revolucionaría el libro entero. Nada ms lejos. Por ejemplo, en el viejo manual, al referirse al homicidio, hacía derivar el bien jurídico protegido del derecho a la vida previsto en el artículo equis del Fuero de los Españoles. En el manual actualizado el capítulo del homicidio era exactamente igual, excepto que donde el anterior se refería al Fuero de los Españoles, el nuevo se refería al artículo 15 de la Constitución. Todo este larguísimo paréntesis se dedica únicamente a justificar que hubo leyes franquistas como la de Expropiación Forzosa, de gran perfección técnica, que sufrieron muy pocas modificaciones hasta la actualidad y en buena medida para superar incompatibilidades con la legislación del suelo u otras leyes específicas. En definitiva, lo que quiere uno decir después de todo es que la ley que pretende aprobar el gobierno no supondrá ninguna novedad revolucionaria pese al ruido escuchado. https://elblogdecuchaguilera.com/.../indemnizacion-por.../
El Mundo ofrece un curioso titular para referirse a un conjunto de profesores no tan contrarios a la clásica memorización. Son los llamados profesaurios. Subtitula así el reportaje: "Docentes de izquierdas pero conservadores en lo escolar salen en defensa del conocimiento". Esa contradicción o aparente contradicción le crea a uno un dilema. Uno puede ser muy de izquierdas y estar de acuerdo con todos los postulados que defienda el partido más a la izquierda que se pueda encontrar. O muy de derecha e ídem con un partido de la extrema derecha. Lo más habitual es que aunque uno sea muy de izquierdas no esté de acuerdo absolutamente con todo. A lo mejor no lo está con la política de la vivienda o con la postura sobre la eutanasia o con el sistema autonómico o con las subvenciones a la iglesia protestante. Sin embargo, uno tiende a pensar que hay un núcleo básico inamovible y relacionado con su quehacer profesional, de manera que uno espera que el trabajador de izquierdas de la enseñanza defienda el ideario de su partido en esa materia aunque se aparte de él en lo tocante al urbanismo. O que el trabajador de derechas de la sanidad defienda el programa sanitario de su partido, aunque no esté de acuerdo en la política deportiva. Desde luego así debería ser en buena ortodoxia marxista si es cierto que la superestructura viene condicionada por la infraestructura.
Se pregunta El Mundo-periódico, remitiéndose a un reportaje de The Economist, cuántos muertos hubo por Covid en el mundo-universo. Resulta que las discrepancias contables afectan a todos los países y se consolida la teoría de que el sistema más fiable es la resta estadística entre los muertos de un año y los muertos de otro. Se dijo que este Gobierno español lo hacía peor que los demás. Hace bien uno en mostrarse escéptico y descreído ante algunas críticas. En algunos campos es un consuelo, aunque sea de tontos.
En LNE lee uno que Salud expresa su preocupación por los jóvenes que eluden una PCR para poder salir de fiesta. “Como sea, la próxima semana nos vamos de fiesta igual: nos organizamos en dos grupos, uno para los que son positivos y otro para los negativos”, o afirmaciones similares pueden leerse en las redes sociales o en los grupos de mensajes entre jóvenes. La viñeta de Pablo y Román en LNE ilustra perfectamente la situación.
¿Qué decir de la viñeta de El Roto? Daría ella sola para un tratado.
El País lleva unos días insistiendo en las malas condiciones de las residencias. Hoy incide en la escasa dotación del personal de enfermería y en las disuasorias condiciones económicas y laborales, que hace que sea lo contrario a un sector atractivo para el colectivo. Se queda uno pensando en una frase de Ignacio Fernández, presidente de Federación de Empresas de la Dependencia: "Si una persona está en su casa, va una enfermera de su centro de salud, pero si está en una residencia parece que está fuera del sistema de salud, no van, y han cotizado toda su vida". ¿Es así en general? Uno tiende a pensar que sí. En otro orden, las patronales señalan que faltan 15.000 profesionales. También indicaba el País días atrás que buena parte de las sanciones a las residencias se basan en falta de personal sanitario suficiente. Aquí uno cree que aflora cierto cinismo. Si no hay personal, ni recabándolo del extranjero, no lo hay, y si no lo hay, o se cierran las residencias por falta de condiciones o no proceden sanciones económicas llamadas a repetirse, porque seguirá sin haber personal sanitario. Por cierto, hoy se encontró uno por la calle con una hija abrumada porque fue meter a su madre de cerca de noventa años en una residencia y a los dos días sufrir un derrame (la madre) que la llevó al hospital. No era el caso, pero he ahí uno de los motivos de desavenencias entre hermanos. ¿Por encima de las herencias? Igual no hay estadísticas, y si las hay, ¿servirían para remediar lo irremediable?
Se anuncia la presentación de un libro del antiguo líder sindical Antón Saavedra, “Asturias saqueada. Oligarquía, revolución social, cierre de minas, muerte de las comarcas mineras y corrupción en el sindicalismo minero”. Será verdad lo que escribe pero uno se predispone contra los personajes histriónicos y exagerados.
Carlos Fernández Llaneza detalla sus argumentos contra la Ronda Norte. Merecen una lectura. Uno está bastante de acuerdo con ellos.
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