De una entrevista a Wenceslao López, alcalde de Oviedo, entresacas esta frase. ¿Cómo la pronunció? No lo sabes, a ti, como al resto de
los lectores, os llegó escrita, pero el prócer pudo pronunciar cosas muy
distintas. Algunas maliciosas que acudieron en su día a sus clases, que no es tu caso,
aseguran que no era un dechado de claridad.
Para el ejemplo forzarás inadecuadamente algunas comas a
sabiendas de que entre el sujeto y el verbo no proceden, pero de alguna manera
habrá que representar las pausas y los matices de la entonación sin acudir a dificultosos
sistemas de transcripción fonética.
Variantes posibles:
1.- Lo que piensas, muchas veces no es lo que vas a hacer.
Lo que piensas no coincide en muchas ocasiones con lo que
vas a hacer. El pragmatismo, la realpolitik de Bismark o anteriormente de
Maquialvelo, se imponen tristemente a los ideales.
2.- Los que piensas muchas veces, no es lo que vas a hacer.
Por lo tanto vale más no pensar. Mejor decidir directamente
sin meditar consecuencias. Si das muchas vueltas a las cosas, vas a ver más los
contras que los pros; así que decides lo contrario, claro que si piensas también
en esto contrario, verás también los respectivos contras. Peligras acabar como
el asno de Buridán: ante la duda de si beber o comer, murió de inanición.
3.- Muchas veces lo que piensas no es lo que vas a hacer.
Se aproxima a la frase 1 eliminando la amenazante ambigüedad.
4.- Lo que piensas no es muchas veces lo que vas a hacer.
Como la 3 y la 1 ganando en elegancia gramatical.
5.- Lo que piensas no es lo que vas a hacer muchas veces.
Piénsalo bien porque no vas a tener la oportunidad de
repetirlo.
¿Qué quiso decir? No quitemos a la ambigüedad política su
magia.
2 comentarios:
Muy bien, Lázaro Carreter, o Evaristo Correa, por tu comentario de texto, en una sola frase. Da mas juego este comentario que los de los inocuos textos literarios. Si fuese un texto periodístico de Pérez-Reverte, también le sacarías bien el jugo.
Me encanta.
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