
Galicia es una fiesta artística y gastronómica, pero ¿dónde acudir entre tanta oferta? Tu hija te despejó la duda y te ilustró sobre las últimas tendencias: donde aconseje el Tripadvisor, ese programita (App?) que recoge las valoraciones que espontáneamente (quieres suponer) los usuarios van dejando en el ciberespacio. Antes de tomar un triste vino de Ribeiro o un Albariño, en la misma puerta se comprobaban las calificaciones que voluntariosamente se fueron otorgando a cada chiringuito. ¿Veinticinco valoraciones buenas y una mala? Veamos la mala. Si la crítica se presumía tangencial, adelante.
En Tui/Tuy te sorprendió ver un coche bajo el mismo pórtico de la catedral, igual que en la iglesia de Lugo de Llanera. En el mismo Tui, con cada vino, entonces todavía Ribeiro, dos tapas nada despreciables. Aquello prometía.

En el alto de Santa Trega/Santa Tecla, visita informal al castro. Coincidía con el inicio de una visita guiada, pero el objetivo del viaje no era una inmersión cultural en el sentido libresco de la palabra. Os valió con enteraros de que esa carretera que utilizaste para llegar hasta la cima supuso una destrucción parcial del castro. ¡Qué mala es la civilización!
Tocaba noche en Baiona/Bayona. Las críticas de Internet hablaban de posibles ruidos o molestias nocturnas en el hotel. Pensabais ¿será por los contenedores de vidrio situados frente a la ventana, en el puerto? ¿será por la movida de la calle principal o acaso por la de la calle del interior? No hubo tal. Como lirones. Geográficamente Baiona tiene una orientación favorable para tomas fotográficas de una puesta de sol. Las nubes vespertinas del horizonte marino impidieron que tu hija la pudiera recoger en su cámara. No habría otras oportunidades. Se compensó con unos percebes en un barín arreglado.

De camino hacia Combarro hacéis una parada en el Monasterio de Poio. La visita guiada estaba anunciada para dentro de media hora pero no era un fin de semana de erudición. Destacable el alargado hórreo en desuso.
El aprovechamiento turístico de Combarro te pareció excesivo y agobiante, mejor la segunda o tercera línea de mar.
Noche en Portonovo, donde os había costado encontrar alojamiento como consecuencia seguramente de una concentración motera. Tras consultar el Tripadvisor, cena en una taberna de la ruta de los vinos. La cuenta no llegó a los veintinueve euros para tres e incluía una deliciosa zorza. No pongamos reparos a la falta de mantel, a donde fueres haz lo que vieres. Tu hija hizo una exhibición ante el atónito camarero al pelar unas gambas con tenedor y cuchillo.

A partir de Cambados os pasasteis definitivamente al afrutado Albariño. La cuenta de una docena de ostras con tres vinos ascendió a trece euros e incluyó una tapita de garbanzos con callos y una porción de empanada más que curiosa. Por suerte no había báscula en las proximidades.
A O Grove fuisteis exclusivamente a comer una mariscada, y cayó. Casi todo a la parrilla. La verdad es que por el marisco cocido no das un duro. Se empeñó en pagar tu hija. Pase.

Una parada obligatoria en La Lanzada para recordar el paraje donde pasasteis una semana de vacaciones hace unos veinticinco años. El recuerdo, para siempre ventoso aunque nunca más vuelva a moverse una hoja en La Lanzada.

En Santiago, que el santo te lo perdone, como te perdiste de los tuyos en la catedral, saliste a tomar un Ribeiro mientras tu santa y tu hija hacían cola para abrazar al señor Santiago. Nuevamente un buen gajo de empanada. ¡Virgen Santa!. También entraste a ver el rectorado, con toda la información en gallego, como en el resto de instituciones públicas. Sin embargo, cuando interesa vender pisos, enseres o viandas, en castellano para que lo entienda todo el mundo.

Parada en Foz para descansar y a casita.
1 comentario:
¡Me encantó! Un gran resumen para una gran escapada.
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