Te hizo gracia leer en un reciente repertorio de nueva legislación la Orden ESS/1451/2013, de 29 de julio, por la que se establecen disposiciones para la prevención de lesiones causadas por instrumentos cortantes y punzantes en el sector sanitario y hospitalario.
http://www.boe.es/boe/dias/2013/07/31/pdfs/BOE-A-2013-8381.pdf
Te hizo gracia porque viste en esa orden un ejercicio ampuloso de redacción de algo que tú dabas por supuesto en el personal sanitario y que podría resumirse en “ojo con las jeringuillas”. Un aviso así en el tablón de anuncios del centro quedaría muy soso. Cuánto mejor colgar las páginas del BOE con una chincheta, con o sin goma, sobre el atiborrado corcho.
En la exposición de motivos se remontan nada menos que al Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea, a negociaciones entabladas por la HOSPEEM (Asociación europea de los empresarios del sector hospitalario y sanitario) y la ESPU (Federación sindical europea de los servicios públicos), a un Acuerdo Marco firmado al efecto, a una Directiva 2010/32/UE y al Decreto 664/1997.
Se define, por si hay dudas, qué son trabajadores, qué empresarios, qué lugares de trabajo, qué el instrumental sanitario cortopunzante, qué las medidas preventivas específicas, qué los representantes de los trabajadores, qué los representantes de los trabajadores en materia de salud y seguridad, y, por último, qué son los subcontratistas.
Más adelante se enumeran unos principios y una serie de simpáticos procedimientos administrativos de actuación para terminar con diez recomendaciones recogidas en un anexo, que como los mandamientos, se podrían resumir en uno, el primero: “Se deberán manejar con extraordinario cuidado las agujas y los instrumentos cortantes usados”.
Como esa formación es para los profesionales, porque los profanos no la necesitan, ninguna recomendación te dieron, ni ningún papel tuviste que firmar en materia de prevención de riesgos, cuando te entregaron diez inyecciones que cualquiera, tú mismo, podría poner a tu madre en el tratamiento postoperatorio.
Menos mal que para eso estaba tu amigo Chuso el praticante, que sabe qué hacer con las jeringas nuevas y con las usadas, y eso que al estar de ILT, no habrá tenido ocasión de leer la orden ministerial en ningún tablón de avisos.
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