Ahora que desgraciadamente está tan de moda referirse al teléfono móvil de empresa como móvil corporativo, vas a contar una anécdota del correo electrónico corporativo, donde recibes mensajes que alguien cree enviar a un impersonal departamento de Madrid, diciendo por ejemplo que un tren salió dos minutos antes de la hora y que el maquinista, sin pizca de humanidad, no esperó porque el apurado viajero no es una rubia de minifalda, y que si lo pilla se hace escuchar de otra manera. Termina con un recado-deseo: ojalá lo coja todo pronto una empresa privada y se acabe tanta chulería.
Como las denuncias hay que investigarlas para corregir lo corregible, compruebas que el tren salió a la hora clavada pero el pobre viajero llegó medio minuto tarde a los torniquetes.
El dato más relevante de todo lo anterior es que este Mr. Hyde de los días de diario en los trenes te lo encuentras los domingos en el ascensor convertido en un amabilísimo Dr. Jekyll.
2013/08/08
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