VENGO A AVIATE

(Con admiración, para Tino el de Güeches  y para Getino el de San Andrés de Parana)

Hoy tuvo lugar la auditoría de AENOR. Pasas un día burocrático y aburrido, intentando justificar que si en tu dependencia el 85,09% de los viajeros de la línea Puente de los Fierros-Gijón disponen de medios para sacar su billete antes de subir al tren, tu empresa continúa con una certificación de calidad, mientras que si esos viajeros solo representan el 84,95% os la quitan, con graves repercusiones de cara al futuro, a lo mejor para el tuyo, y no es broma. Es importante justificar el garbanzo…negro, ajustar datos, definir parámetros, incluir ponderaciones, calcular ratios, concretar indicadores, materializar procesos, implementar, implementar, implementar. 

Una vez definidos todos los ratios, para aligerar la tarde te llaman para tomar un vino y te cuentan que en el frente de Las Regueras, donde combatieron nacionales y republicanos, unas veces con su fe y las más con las creeencias entremezcladas, algunos rojos moribundos imploraban tirando del tabardo de ese compañero de trinchera, que sabían cura de incógnito, para que les diera una última bendición, el viático, la vía libre.

Unos minutos después te encuentras con un lenense curtido en mil historias africanas y europeas, que describe con viveza cómo siendo monaguillo acompañó al mismo cura de Parana que te acabaría bautizando en Fierros, a dar la extremaunción a un vecino sudoroso y agonizanto, y le dijo:

-         ¿Cómo estás, Antón? Vengo a aviate.

Habías oído y dicho en cientos de ocasiones la manida frase “estamos aviados” pero no te hacías una idea de que estar aviado tuviera relación alguna con el viático, la vía que lleva hacia la muerte, y que desde ahí Dios dirá.

El de los estertores de la trinchera también estaba aviado.

Aviados estamos todos.