Convocado a través de facebook acudes a la velada literaria que en la biblioteca del Fontán organiza tu vecino José Luis Campal en recuerdo de Aurora Sánchez, su difunta esposa.
Además del promotor, declaman sus propios poemas los también poetas José Marcelino García y Silvino Losa. Tras una breve presentación, también poética, comienza la encendida lectura de los versos.
Poemas duros, fatigosos, intensos, sin oropeles, que exigen una atención excluyente y plena, una mirada simultánea y fija al orante y a la propia alma, intentando captar el sentido y el metasentido, sin el respiro que proporciona la rima matemática de los versos con esas palabras a la vez prescindibles y necesarias para elaborar la argamasa del poema convencional. Resulta frustrante no poder captar de inmediato las concentradas ideas que se acaballan unas sobre otras sin dar tiempo de digerir, no ya el poema anterior, sino incluso la frase precedente.
Como la homenajeada ausente-omnipresente era una enamorada del fútbol y justamente a esa hora comenzaba el partido España-Finlandia, la lectura de la conocida oda de Alberti dedicada a Platko, portero húngaro del F.C. Barcelona en el año 1928, resultó un colofón adecuado para servir de ajustada transición entre la vida y la muerte, el silencio y el barullo, la ligereza y la densidad.
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