De Calígula es conocido, sobre todo, que pensó nombrar cónsul a su caballo Incitatus. Este episodio y otros son suficientemente detallados por Suetonio, que al recopilar la vida y obra de Calígula se preocupa de separar la cal de la arena: "hasta aquí hemos hablado de un príncipe, nos queda hablar de un monstruo".
No sabes si reconocerle el título de inventor de la letra pequeña y si, como tal, encuadrar tal invento entre los dignos de un príncipe o de un monstruo:
"Como los impuestos de este tipo habían sido anunciados, pero no los había dado a conocer públicamente, se daban muchas infracciones a la ley por ignorancia del texto, y ante las reclamaciones del pueblo, Calígula hizo que se fijase finalmente, pero en letras muy diminutas y en un lugar muy angosto, de forma que nadie pudiese copiarla".
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