2013/03/23

LA REPROGRAFÍA

No sabes qué destacar de la noticia del apoyo que profesores y estudiantes universitarios prestan a los trabajadores del servicio de reprografía de algunas facultades universitarias, cuyo puesto de trabajo peligra al implantar el nuevo concesionario una automatización máxima con unos recursos humanos mínimos.


No sabes si fijarte en la encomiable solidaridad con los trabajadores en peligro (incluida una pancarta de apoyo a Montse, que será una trabajadora) o considerar el rasgo de acercamiento interclasista (¡obreros y estudiantes unidos!) o si poner en el acento en la lejanía entre la Universidad y las tendencias sociales.

Seguramente los estudiantes de Derecho no llegarán nunca a una exposición sobre los contratos de concesión de las Administraciones Públicas u otras Entidades de Derecho Público, ni sobre el significado de la subrogación en las obligaciones, ni habrán llegado todavía a las artimañas para eludir las más gravosas responsabilidades, porque a eso se llega después de enmarcar el diploma expedido en nombre de Su Majestad.

Tampoco los economistas en ciernas se habrán visto en la necesidad de analizar ni comparar, en una improbable clase práctica, los costes de un servicio de reprografía según distintos estándares de automatización.

Ese generoso apoyo les servirá como contrapunto para meditar sobre las labores que les tiene reservado el descarnado futuro, por encima de los conceptos inmateriales sin rostro, que no imaginan que puedan afectar ni a Montse ni a ninguna persona con nombre y apellidos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No se si un diploma expedido en nombre se su majestad da para entender la situación por la que atraviesen los estudiantes de derecho, o de economía, o de historia .... Ésto parece estar diseñado por el mismísimo diablo. De diablo están ejerciendo muchos que ostentan el poder, para su propio beneficio. Muchos estamos comportándonos como borregos, estamos renunciando a dirigir nuestras vidas. Pero disfrutamos un montón con la selección española

Anónimo dijo...

El peor analfabeto es el analfabeto político

No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.

No sabe que el costo de la vida, el precio de las habichuelas, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.

El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.

No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.

Bertolt Brecht