CONCENTRACIÓN

Despues de una tarde de playa, cargando de retirada con los bártulos propios de la ocasión, distingues una concentración. Por los altavoces, junto con pitos acompasados, oyes "Al vent", "La estaca", "Libertad sin ira", "Canto a la libertad", "No nos moverán". Labordeta, Serrat, Llach y otros cantautores siguen prestando sus voces y sus composiciones emblemáticas y te preguntas si no se va a renover nunca la escenografía musical de las concentraciones sindicales. Desde la terraza del hotel divisas banderas valencianas, algunas de UGT y otras que no se distinguen desde el piso 16.

¿Serán de los tuyos? ¿Será cosa de apoyarlos? Responder a esa pregunta exige una pregunta y una respuesta anterior ¿quiénes son los tuyos?

Como siguen allí, te acercas para ver de qué colectivo se trata. Quien lee un ponderado pero contundente manifiesto es un líder o portavoz del SUP, Sindicato Unificado de Policía. Lo de contundente es ocioso aclararlo. Quien está acostumbrado a la contundencia material, la verbal se le supone.

La concentración la apoyaba también alguna agrupación profesional de la Guardia Civil. Convivían gorras con la bandera nacional, cascos de bomberos, banderines sindicales y autonómicos en un curioso batiburrilo que no deja de sorprenderte, por lo que continuabas haciéndote la pregunta ¿son los tuyos? ¿Hay que aplaudir toda manifestación contra el Gobierno?

Te hizo gracia un comentario simpático del orador: los funcionarios allí concentrados ni leían prensa salmón ni vestían camisa de manga larga en verano, y esto último lo suscribes. A veces la solidaridad llega por una cuestión marginal.

De todas formas, tendrás que alcarar tus ideas porque estos días no tienes claro esto de los apoyos.