2012/03/31

DESPUÉS DE LA HUELGA GENERAL

Acertó La Nueva España al titular “En Asturias, huelga general a media jornada”.


Hay quien dice que los periódicos están muertos, pero con todas las limitaciones que se quieran buscar, una ojeada a los diferentes periódicos (no a uno solo) da una idea de lo que ocurre. Si nos fiamos de las sensaciones de cada uno o de la avalancha de mensajes en la red no hay posibilidad de resumir. Cada quisque valora el conjunto por lo que ve, por lo que toca, como el cuento indio de los cuatro ciegos que, palpando cada uno una parte diferente del cuerpo de un elefante, resolvían qué era aquello. Para ninguno era un elefante.

Por la mañana, es jueves, día de mercado, das una vuelta por el Fontán a la misma hora a la que, otro día cualquiera tomarías una sidra y un pincho de picadillo. Por suerte, está cerrado y te evitó caer en la tentación. En la ruta de la sidra, en la calle Gascona, únicamente permanece abierto “Tierra Astur”. El resto luce una pegatina de huelga general. Si la huelga la decidió la empresa o el trabajador o si cambiaron el descanso semanal para el jueves, no lo sabes, pero te apuntas a lo primero y a lo último.

A lo largo del día a través de la pantalla del ordenador te vas haciendo una idea de seguimientos, actuaciones de piquetes, cierres involuntarios, llamadas a la revolución, nostalgias del franquismo y frases incendiarias de ambos extremos.

La manifestación a través de la calle Uría es como una marea que va abriendo algunos bares en los barrios de la capital. Lo que había que hacer ya está hecho. Lo que haya ocurrido ya se vio o se verá en los telediarios, y hasta las veinticuatro horas queda lo que en el fútbol se llama minutos de la basura cuando el resultado está decidido.


Nadie diría que de la manifestación sale un brote verde, pero así parece lo que avanza.

A las diez de la noche los bares abiertos están llenos. En alguna sidrería de la calle Gascona refresca el gargüelu algún líder sindical hace una hora contemplaba la manifestación desde el escenario montado al final del Paseo de los Álamos. El pescado estaba vendido y tú dudabas si acercarte a la barra o seguir en huelga de sed.

A juego con el recorte de derechos, quizá haya que ir pensando en huelgas generales de media jornada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

los vagos de los liberatas es el único dia que trabajan.
ALFREDO.