Reanuda uno el conteo casero de uso de las mascarillas con la evolución previsible: en las caminatas al aire libre ya no la lleva prácticamente nadie, y por la calle un tres por ciento, manteniendo la tendencia de las semanas precedentes. Supone uno que solamente andan con ella los positivos, además de los adictos al doctor Acuña.
Las noticias que la prensa da del covid también son escasas y generalmente de agencia ya que se repite en los medios que a partir del día 26 se dispensará la cuarta dosis a los mayores de ochenta años y a los ingresados en residencias de la tercera edad.
Como novedad, el País aporta un estudio de FAD y Pfizer que se refiere a los efectos de la pandemia en los jóvenes: más aislamiento pero mejores hábitos ya que un 39% aumentó la actividad física y un 30% mejoró su dieta con comida casera, pero en cambio el confinamiento afianzó el retraimiento social y la soledad.
Un amigo que sabe de tus vicios lectores y comparadores te manda una página que recopila unas cuantas portadas de la prensa española sobre la muerte de la reina Isabel II y te pide que selecciones la mejor. A él le gusta más la portada del ABC. Uno se inclina por la de El País y reproduce las razones:
“Como titulares me quedo con los más asépticos: tanto El País como el Diario Vasco titulan escuetamente “Muere Isabel II”, el País con minúsculas, el Diario Vasco con mayúsculas. Me gustan más la minúsculas. También me quedo con la foto de El País, que destaca a la reina con su corona y sobre fondo rojo huyendo de los tonos oscuros mayoritariamente elegidos por la prensa. Volviendo a comparar el Diario Vasco y El País, me quedo con El País por la limpieza del texto, que no incluye letras sobre el fondo de la foto. Me parece más limpio y de más fácil lectura.
Me gusta también la foto del ABC: la reina de espaldas, con su corona como viajando al más allá.
También es espectacular la de El Mundo, pero muy recargada como el propio periódico”.
Al amigo le seduce la del ABC también sobre fondo rojo, como si fuera al infierno (no sería esa la intención del monárquico ABC) y sin rostro ya. Como entretenimiento, o algo más, estuvo bien el ejercicio.
De las páginas económicas de El País se queda uno con el artículo de Xavier Vives, más que nada por el titular: “El dilema entre Escila y Caribdis”. Solo por recordar ese pasaje homérico merece la pena leer el artículo. Uno es un vicioso de la sabiduría inútil y pasada de moda. Uno de los capítulos del Ulises de Joyce que uno está atacando estos días se titula precisamente “Escila y Caribdis”. A ver.
La vicepresidenta Yolanda Díaz justifica su sueldo con una propuesta original y lógica desde su posición política al instar a los grandes grupos de distribución a ofertar una cesta básica a un precio asequible. Que sea difícil de materializar y que habrá que tocar muchos palillos para llevarla a efecto, sin duda. A uno no le sorprende que el pensamiento conservador (o simplemente el que está contra el gobierno sin más proponga lo que proponga) cuestione la medida por intervencionista. Lo que más le llama la atención es que la propuesta provoque una reacción en contra por la parte socialista del Gobierno, que ve invadidas sus competencias. Supone uno que las Comunidades Autónomas no alienadas con el Gobierno se quejarán también por invasión de competencias. Por cierto, garbosa sacó el fotógrafo a Yolanda Díaz, tan garbosa que la foto mereció se reproducida en El País y en La Vanguardia.
El día 8 pasó uno la jornada en los Lagos de Covadonga con un grupo de caminantes de marcha nórdica que asisten a la ceremonia de la Santina subacuática, una pequeña virgen de Covadonga que permanece sumergida en el lago Enol, unos buzos la sacan ese día para la ocasión, se retoca y se le da una mano de pintura y, finalizada la ceremonia, vuelve a sumergirse en el lago hasta el año que viene. Uno entró en la página digital de LNE y se quedó con el comentario de un lector o lectora. Realmente la aplicación estricta de las normas medioambientales puede acabar con cualquier tradición. La capacidad humana de ideación es infinita.
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