2022/08/05

DE FACEBOOK (DÍAS 1 Y 2)

 LECTURA DE LA PRENSA. NOTICIAS QUE DICEN ALGO A UNO

Uno generalmente cuenta cosas que le dicen algo, pero según iba leyendo la prensa de hoy descubrió algunas noticias que le decían algo especial. Son noticias de algún interés personal y nulo interés general. Seguro.
Una es una recreación histórica que tuvo lugar en Trubia intentando rememorar algunos hechos notables ocurridos a finales del siglo XVIII. Un grupo de actores aficionados, recreadores históricos, figurantes y aficionados lograron que, con algo de imaginación, los espectadores pudieran hacerse una idea de algunos episodios históricos o, por lo menos, costumbristas. El interés especial es que entre los participantes se encontraba el incombustible Benito, descendiente de una larguísima familia del pueblo lenense de Naveo. Artesano polifacético, recreador total, con un pose de película para la posteridad.
Lee uno unos párrafos sueltos de la entrevista que LNE concede a Antonio Suárez Marcos, alto técnico medioambiental jubilado, y en esos párrafos acierta a leer que cita a Alfonso Hatre, ingeniero de los altos hornos de Ensidesa, y concejal nombrado por la siderúrgica, que contaba con esa sorprendente prerrogativa de la que nunca un había oído hablar. El técnico jubilado alude en bastantes pasajes de la entrevista a concretas mediciones con profusión de datos. Alfonso Hatre fue prácticamente el ‘inventor’ de la Calidad en la empresa asturiana. Como uno se dedicó durante unos lustros a esa árida materia, acudió a varias jornadas formativas a cargo de Alfonso Hatre, que no se cansaba de proclamar que la calidad era medir, medir y medir. Uno lo tuvo siempre presente, en teoría, claro. Cuando a uno se le ocurría una idea de mejora o escuchaba a alguien con una propuesta en ese sentido, acto seguido pensaba: sí, esto habría que hacerlo, está muy bien, ¿pero cómo se mide?
La tercera noticia es un reportaje extraordinario (aunque alguien encontrará errores imperdonables) de los trabajos arqueológicos del grupo Llabor, que ahora excavan en Santo Adriano, pero que excavaron en otros parajes asturianos investigando no restos de castillos fortificados o iglesias protorrománicas sino humildes casas de labranza o vestigios de labores agrícolas, que también son historia. Uno tuvo la fortuna de asistir hace un tiempo a una jornada con ese mismo grupo en la etapa que acometieron en los altos de Quirós y pudo valorar la paciencia y la sapiencia que se precisan para conseguir el más mínimo avance. Por cierto, el subdirector de la investigación, Pablo López, lenense criado a pocos metros de Santa Cristina de Lena.
Cuarta y última. Titula Elvira Lindo su columna en El País “Del error, la culpa, el remordimiento” y se pregunta de cuántos de sus artículos está arrepentida si le diera por leerlos pasado un tiempo. Como ejemplo jocoso cuenta que del bofetón oscarizado de Will Smith no tiene que arrepentirse porque no opinó. Elvira Lindo se autocomplace pensando que se arrepiente de pocos. Eso mismo le ocurre a uno. De ciertos casos no opina o porque no tienen opinión o porque, en contra de tanta gente supersegura, no tiene las cosas claras. En otras ocasiones, prefiera no exponer la opinión por ser políticamente incorrecta. A veces le dio a uno también por repasar algún comentario añejo. ¿Qué habré escrito de tal o cual cosa? Uno a veces contiene la respiración hasta poder afirmar: bueno, ahora escribiría más o menos lo mismo.

***

LECTURA DE LA PRENSA. ANIMALITOS DE DIOS
Después de ver la foto del rescate de un cabritillo, que quedó enriscado en un acantilado llanisco, le pareció a uno que no iba a encontrar nada relevante que comentar. Uno aprecia a los animales. No le estorba ninguno, pero dejando claro que el hombre debe ir primero. A uno le parece un exceso el riesgo corrido por ese trabajador de emergencias, haya sido el riesgo grande o pequeño. ¿Es uno antianimalista? Si opinar así es de antianimalistas, uno lo es.
Estaba uno sensibilizado y hasta irascible por mor de una escena presenciada esta mañana desde la ventana de casa. Uno pasa algún rato sentado frente a la ventana entretenido con el ordenador o con el teléfono móvil cuando comienza a oír incesantes ladridos de un perro y llantos despavoridos de los niños que juegan en el cercado de la guardería que uno tiene mirando al frente. Uno había visto hacía unos minutos un perro negro sin correa (muy bueno, nunca hizo nada) cerca de su dueño y de la guardería. Cuando uno comienza a escuchar los ladridos y los llantos se debían al perro que había irrumpido en el recinto cercado donde se encontraban unos cuantos niños. El perro ladraba y corría tras las pelotas sueltas que por allí quedaban. Los niños entraban llorando al interior del edificio ante el pavor de las cuidadoras. Al poco entró también el perro dentro del edificio. Uno se hizo la composición de lugar de que el perro había saltado una gran valla. Más tarde se enteró de que había entrado por una ventana de la planta baja de la guardería. No ocurrió nada grave. A la hora, los niños volvieron a salir al patio y parecía como si no hubiera ocurrido nada. No ha lugar a dilucidar responsabilidades, pero uno lo tiene claro, el dueño del perro suelto. Los amigos de extender las responsabilidades (accidente de Santiago) verán culpa también o mayor en el personal de la guardería.
Unas horas más tarde, con el susto en el cuerpo (porque había un bebé en casa) tomó uno una sidra en un bar cercano. Una clienta habitual, mientras tomaba su consumición, acariciaba a su pequeño perro que posaba sus tiernas patas encima de la mesa. Son clientes habituales de ese y otros bares de la zona. ¿Les va a decir algo otro cliente? ¿O el dueño si son clientes de todos los días? Por las buenas composturas, uno no ve más alternativa, si tanto le molesta que los perros compartan mesa y mantel, que cambiar de parroquia, salvo que en todas las parroquias se implanten las mismas perrunas costumbres.
En un grupo de WhatsApp de compañeros del ferrocarril pasan una foto de un perro (eso sí, con el bozal reglamentario) ocupando asiento. Si alguien se atreviera a indicar algo al dueño canino, replicaría que tiene las patas más limpias que otros muchos viajeros. A callar nuevamente.
Algunos dueños de los perros no son conscientes de su irresponsabilidad y de su ridículo.
En la prensa de ayer, leía uno este titular. “Asturias podrá matar lobos, pero justificando cada caso y con mucho papeleo”.
No quería uno mezclar churras con merinas, pero tratándose de animales, vale como colofón y se aprovecha el refrán.




No hay comentarios: