Hay lugares que se olvidan y lugares que se enmarcan para que no caigan en el olvido. Se traen aquí a colación a cuento de colores equívocos y sabores imposibles de definir.
Por ser Domingo de Ramos, comiste fuera. Junto con el postre, el restaurador muestra el último número de la revista La Piedriquina, de Las Regueras, que incluye un artículo sobre bares y tiendas mixtas de los concejos colindantes, con fotos de personas y personajes conocidos de los comensales. No falta alguna perdonable inexactitud, como suele ocurrir cuando el redactor se fía de una única fuente oral.
Pides un chupito de orujo blanco y te susurra al oído que va a traer uno auténtico, que es blanco aunque no presente ese color: magia de las palabras, capaces de trasmutar realidades. Como el orujo no se puede ventilar de un trago, los clientes del bar uno a uno se fueron marchando y fijaste tu atención sin ninguna prisa (no te molestan las soledades cortas) en otros artículos de la revista, por ejemplo, el dedicado a la toponimia de Las Regueras. Lees, con pena, que ocurre lo que en todos los sitios: que los documentos históricos recogen nombres de fincas y zonas que nadie es capaz ya de recordar ni ubicar. Casualmente la revista habla de una desconocida Pasera.
La Pasera en la que lees la revista es un homenaje al mierense barrio del mismo nombre, junto a la iglesia de San Juan. Está bien que no se olviden los orígenes y las palabras.
2017/04/10
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1 comentario:
Seguramente ya sabías ayer (4/10/2017 12:27:00 a. m. ya hoy) y antes de escribir el artículo, del fallecimiento de la socialista Carmen. Te acompaño en el sentimiento. Parece que la izquierda y la derecha lamentan su pérdida. Me alegra mucho ver que por encima de las diferencias se respete y se valore a al persona. Personas que hay que enmarcar para que no caigan en el olvido. Como las toponimias. Y la reflexión sobre la vida y la muerte. Por cierto, qué estrenaste ayer.
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