2012/02/09

LA GENTE SE BUSCA LA VIDA

Suena a risa, pero acudes a la estación a antigua usanza para despedir a tres parientes que marchan en el tren de las nueve de la noche para Barcelona. Es un parentesco de sexto grado. Exactamente el parentesco consiste en que vuestros bisabuelos eran hermanos, pero los parientes de Payares siempre tuvieron predicamento en tu casa, quizá desde el tiempo en el que tu abuela vendía chucherías por los pueblos y a lo mejor en alguna ocasión le dieron un plato de sopa o un vaso de leche por allí. Los agravios y los desagravios no se olvidan en una sociedad que ya no es rural, pero que conserva algunas costumbres de entonces.

Hizo un día de perros. Toda la tarde estuvo lloviendo. Se anuncian inundaciones en toda Asturias. Muchos cauces están desbordados. En diez minutos el tren debería llegar y, después de una parada de unos minutos, partir, el tiempo mínimo para que suban personas y enseres.

El tren llega, pero un chaqueta naranja, esos que atiende en las grandes estaciones a los viajeros de movilidad reducida, va comunicando con discreción a los que esperan a lo largo del andén principal que el tren entrará a una vía secundaria. Que hay algún problema y que dirán algo.

Haces una llamada y te enteras de que se acaba de producir un desprendimiento de tierras en el Puerto de Pajares y que todavía no se conoce la trascendencia, que marchó hasta allí el equipo que se encarga de realizar una primera evaluación.

Hace unos días no funcionaba la megafonía de la estación, por eso no te sorprende demasiado que no se oiga nada, pero nadie protesta, todos parecen estar enterados. La gente no se mueve del borde del andén, con maletas, paquetes, bultos y con sus cuerpos, a pie firme esperando noticias. Silencio.

Pasados diez minutos es como si la gente estuviera anclada al suelo, pero decidís retiraros al vestíbulo a esperar. No hay muchos sitios donde permanecer. Las estaciones, desmintiendo su nombre, son hoy más lugares de paso que de estacionamiento. La cafetería cierra a las nueve y media. Observas que el encargado está atento por si alguien se acerca en busca de bebida o de asiento. Nadie necesita nada. La cafetería apaga discretamente las luces y cierra. La gente sigue esperando.

En las pantallas se anuncia una demora de entre media y una hora. Algunos viajeros se decidieron a cruzar al andén donde el tren está esperando órdenes, pero no entran de momento. Se conoce que hay indicaciones en ese sentido. No obstante, en cuanto pasan unos minutos, el equipo de avanzadilla desapareció. No volvieron, así que buscaron acomodo en el tren varado.

Haces otra llamada y te enteras de que cayó tanta agua en la boca de un túnel que en algún punto los carriles están desnudos, sin piedras y traviesas debajo. Es posible que el tren se tenga que transbordar por carretera.

La gente, sin que nadie haya dicho nada, fue tomando sus bártulos y se fue acomodando en el tren. Estaba caliente, se podría estar sentado y alguien diría algo.

Se corrió la noticia de que definitivamente no había paso. Ya estaba en camino un autocar.

Otro pariente que fue a despedir a la expedición te comentó: muchas veces no hace falta decir nada, como el agua que busca el mar por el camino más corto, la gente se busca la vida, sin necesidad de grandes estrategias.

Así fue. Sin ruido, al poco de sentarse, la gente se levantó. Alguien dijo que había llegado un autocar que llevaría a los viajeros ¿hasta donde? Hasta donde fuera, podía ser hasta León, podía ser hasta Barcelona. No se oyó una voz. Nadie protestó. No hubo una voz más alta que otra.

A lo mejor las cosas funcionan así, sin grandes protocolos ni estrategias de comunicación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Se nota la ascendencia leonesa: la utilización de la paráfrasis "desprendimiento de tierras" en lugar de argayo(argayu en asturianu/bable).Es cierto que en el castellano-leonés ferroviario no se utiliza y en alguna ocasión hemos tenido diferencia de criterio con ellos. En esta ocasión no hubo argayo sino un desguarnecido de la vía en la boca sur del túnel 39 a causa de las intensas lluvias.