Estabas en la barra de bar tan atento al desarrollo de un partido del que dependía la clasificación del Sporting que no te percataste de que una niña que, acompañada de sus padres, estaba junto a ti preguntó con una sonrisa y la voz dulce que se supone, si podía coger un taburete que estaba libre. Previamente te pareció intuir que la educadora madre había dicho a la educada niña algo así como "pregúntale al señor". Tanta educación te descentró y debió descentrar también al Athletic de Bilbao, porque acto seguido el Granada metió el gol del empate, bastante perjudicial para el Sporting de Gijón.
Pendiente del partido pero también de la conversación interfiriente tan próxima oías cómo la familia acordó que tenían que negar haber visto momentos antes a Fulano y Mengano de tal, ya que los del el trío se habían hecho los despistados (seguramente la niña no). Acto seguido la niña les espetó: "¿pero no había que decir siempre la verdad?".
Los papás carraspearon y enmudecieron.
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1 comentario:
El Sporting debe depender de si mismo no del fallo de los demás
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