Hay noticias que se pueden leer del derecho o del revés,
como esta, cuyos antecedentes te ocasionaron un bloqueo mental constatable al contar los días que transcurrieron sin dejar por aquí constancia de tus andanzas o de tus preocupaciones. http://www.elcomercio.es/asturias/201512/05/firma-queda-remedio-reconocer-20151205005156-v.html
Te alegras enormemente del error y de da ocasión para meditar
en voz alta o en letra impresa sobre la responsabilidad del historiador que
escribe sobre vivos que pueden corregir o sobre muertos a quien ya nadie ampara
o cuya memoria nadie gasta energías en limpiar. Tú mismo, muy modestamente,
puedes incurrir en excesos por no cotejar datos, por no aplicar la lógica
aristotélica o tomista al sacar conclusiones o porque intentas convencerte de
que teniendo tan pocos seguidores no te es exigible el mismo rigor que si tus escritos
estuvieran predestinados a convertirse en un best seller.
No deseas, sin embargo, pasar de puntillas sobre el fondo
del asunto, y es que si no fue verdad, podría haber sido, y en ese caso te da
pie a meditar nuevamente sobre la prescripción (el olvido) penal y la prescripción
(el olvido) civil, pero no entendida esta en un sentido jurídico, sino en su
acepción vital.
En un viaje de ida y vuelta, cuando terroristas confesos se
sientan y asientan orgullosos y perdonados en las cúpulas del poder de sus
territorios exclusivos y excluyentes, piensas por qué tenemos que ser más
escrupulosos con quienes dentro de una escala tan doblemente jerárquica como
son la militar y la fiscalía no hicieron más que cumplir la función que el
derecho encomendaba a cada uno. Seguramente hubo héroes que desafiaron aquella
realidad opresiva, tú admiración para ellos, pero eso no convierte en villanos
al resto.
Una última reflexión sobre la debilidad humana, o mejor,
sobre tu debilidad humana, la tuya. Te preocupa no tener a tus años un criterio
definido sobre el bien y el mal, sobre lo que conviene y lo que perjudica, las
estacas a las que agarrarse, el faro que orienta tus pasos. Sirve este meditación para el ámbito laboral, el familiar, el político, el religiosos y el más cotidiano de relación con amigos y conocidos.
No en vano este blog se llama como se llama. Buridán, el hombre (o el asno) que duda.
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