El millón de votos de PODEMOS en las elecciones europeas te pilló con el pié cambiado.
No ves prácticamente la televisión, en consecuencia sabías poca cosa de las tertulias de la Sexta, de sus tertulianos y de Pablo Iglesias. Te ofenden bastante las tertulias sesgadas de la SER, no digamos las del extinto toro de Intereconomía y, por lo que se oye, las novedosas actividades de la cadena verde. Y si rechazas de plano las tertulias y cadenas más sesgadas ¿cómo enterarte de las proclamas de Pablo Iglesias? Hace unos días alguien te preguntó ¿qué es esto de PODEMOS? Poco pudiste opinar.
El caso es que ese partido sin estructura, sin militantes y sin presupuesto cosechó un éxito espectacular, claro que no menos espectacular fue el aluvión de votos obtenido por el partido de Cascos en su primer embate electoral para desde entonces aligerar músculo.
Nadie apuesta en serio por la implantación sostenida de PODEMOS, pero es el vencedor moral de estas elecciones. Sin embargo, intuyes que gestionar el éxito será más difícil que disparar contra todo. Su programa es incumplible, pero todos lo son en tiempo difícil para las mayorías absolutas. Si se mantienen sus números en las siguientes elecciones, sus votos serán fundamentales para la formación de mayorías, incluso en algún caso los veremos en la cúpula de algún Ayuntamiento. Entonces empezarán a dejar pelos en la gatera. Mientras tanto serán un esperanzador aire fresco hasta que se corten la coleta.
El valor de las pericias de parte al supremo salón
Hace 12 horas