
Hasta el deán de la catedral advierte sobre algunos excesos: la credulidad excesiva lleva a la nula creencia, pero ¿dónde está la frontera si hasta las palabras traicionan? Repárese en las palabras de Jesús a Santo Tomás: No seas incrédulo, sino creyente. Credulidad, incredulidad, creencia, fe.
La exposición te pareció un montaje interesante, y al decir montaje, expresas, no valoras.
Quedas impresionado de las conclusiones que los distintos científicos fueron extrayendo de la Sábana Santa hasta llegar a determinar el número de heridas y su ubicación en el cuerpo de Cristo o de la persona que hubiera estado envuelta en la tela santa, hasta el extremo de poder recrear una imagen con precisas llagas y secuelas.
Lo que sin duda te llamó la atención del avance de la técnica forense es que por los estudios del arrastre del cuerpo y los movimientos del mismo dentro de la sábana, algún científico llegó a la conclusión de que el cuerpo se evaporó en un tiempo de 0,04 segundos.
Desconocías que la ciencia pudiera llegar a esa precisión. No te extraña que la inmortalidad pueda estar tan próxima. Quedan solamente cuatro centésimas de segundo para llegar a ella. Ya lo intentó sin éxito Aquiles corriendo detrás de la tortuga.
3 comentarios:
Cálculo infinitesimal? La ciencia y la creencia.
La ciencia aniquila la creencia. En ciertos casos la ciencia reafirma la creencia. Cuando la ciencia a comprender no alcanza cómo se formaron y permanecen esas imágenes en la síndone, la fe no ha muerto.Pero nos han engañado tantas veces...
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