BELTENEBROS, de Antonio Muñoz Molina

Lees la obra Muñoz Molina sin haber visto la película de Pilar Miró. No eres excesivamente cinéfilo o no lo eres en los últimos años, en los que te decantas por ocupar de otra forma el tiempo libre. De hecho, cuando escogiste de la estantería de la biblioteca el libro recio de genérica pasta verde de tela sintética, no caíste en la idea de que era el mismo título que la película. Fue más adelante, según avanzabas en al lectura cuando pensaste que aquella trama tenía que ser necesariamente cinematográfica, pero ¿cómo reflejar en la pantalla la siguiente descripción?:

Llevaba uno de esos trajes que pueden verse en el escaparate polvoriento de una tienda condenada a la quiebra, y sus gafas no sólo eran iguales a las que había usado siempre, sino que probablemente eran las mismas. El tamaño de los dientes le abultaba la boca y exageraba contra su voluntad la amplitud de sus breves sonrisas: algunas veces parecía reírse a carcajadas silenciosas.

Leer un libro de intriga de Muñoz Molina es oscilar entre retener la trama y fijarse en los detalles que pueden ser trascendentales para entender el hilo conductor o regodearse en el placer de una descripción sugestiva y exacta. Cuando estás llegando al final temes no haber entendido el desenlace, quizá porque también se aprende a leer el cine o a ver las novelas de intriga, y en esa práctica se requiere también su tiempo.