2012/04/14

10 CORSARIOS, de Tito Montero

Te recomiendan leer la opera prima de Tito Montero, oriundo de Fierros y la primera reseña que recibes de la novela es buf, bueno, no es apta para una madre, pero que por lo demás, está muy bien, muy bien.

Estás de acuerdo en todo. Menos mal que tú no escribiste 10 corsarios y que tu madre lee y escribe por debajo del nivel de supervivencia.

La novela policíaca o de detectives o negra en general, que metes en un supersaco, no es lo tuyo, como tampoco lo es el cine del mismo género o géneros, que Tito demuestra conocer a la perfección, no en vano establece comparaciones entre no menos de cincuenta escenas de películas y del propio relato.

Pese a no estar entre tus géneros preferidos, le das un voto de confianza. Siempre hay una primera vez.

La obra se divide en treinta y cuatro capítulos. La primera parte es la que aleja a las madres que piensan en el hijo de la primera comunión. La novela, como diría Jesulín, es, no zé, como un toro, porque es como si le hubieran puesto banderillas en ese tercio y rebaja ese tono duro y sórdido de los primeros capítulos. Al fin y al cabo, se había conseguido el objetivo: meterse en el ambiente.

10 corsarios se lee bien, no hace falta ir tomando notas para aclararse, son pocos personajes y perfectamente dibujados.

Quedan retratadas las artes de la policía (¿solo determinada policía?) y las artes de la prensa (¿solo determinada prensa?), que el autor demuestra conocer bien, no en vano es su mundo.

Al modo de Rayuela, es original la numeración de los capítulos, que empieza por el número 2 y termina en el 1/35, con lo que casi despeja la duda de si el capítulo final es el primero o el último. Queda abierta la puerta a segundas partes, que esperamos que contradigan al refrán y sean buenas.



http://10corsarios.blogspot.com.es/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

porque es como si le hubieran puesto banderillas en el tercio de varas ...

las banderillas se ponen en el tercio de banderillas.

Luis Simón Albalá Álvarez dijo...

Modificado, gracias (los toros tampoco son lo mío)