Puedes ponerte a meditar, sin más, y escribir todo lo que se te vaya ocurriendo al respecto en un papel o en una página en blanco del ordenador. Después vas depurando ideas y te vas quedando con unas pocas.
Si alguna vez bajaste en canoa -que fue el caso- la experiencia puede añadir un plus de información y de sensaciones. Si no, también te está permitido opinar: la inmensa mayoría de los aficionados a las corridas ven los toros desde la barrera y no por eso su opinión deja de ser respetable, es más, sin ellos no existiría la lidia tal como la conocemos hoy.
A continuación puedes informarte: leyendo, oyendo opiniones que quienes conocen ese mundo, y también escuchando a las partes interesadas: empresarios, instituciones, partidos, pescadores, grupos ecologistas. Lo interesante es oirlos a todos.

No cabe ignorar la predisposición según la opción política de cada uno, en resumen si eres más de permitir cualquier actividad o de regularla: parece que en una bandeja estarían los liberales, en la otra los intervencionistas. Si estás con los liberales ¿es bueno dejarlo todo en libertad? si hay que regular ¿por qué y con qué criterios?.
Lo peor de todo, pero casi inevitable, es dedicar más atención a lo que piensan "los míos". Al final, si estudias más una materia o unas opiniones las acabas comprendiendo y queriendo y pueden no ser las mejores.
Lo anterior vale para las canoas, para las pateras y casi para cualquier cosa.
(La elección de la fotografía puede dar una idea de una predisposición).
1 comentario:
Vale. El Estado debe intervenir para regular y no intervenir en las actividades. Las libertades de unos terminan donde empiezan las de los otros. Y esto en cada unas de las actividades ya es suficiente para que los políticos dejen de estar insultándose partidariamente y no sean capaces de resolver los problemas civiles de los ciudadanos.
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