Lamentablemente no encuentras en internet el vídeo completo del carnavalesco teatro de títeres madrileño que tanto revuelo ocasionó por incluir escenas que convencionalmente hasta ahora se estimaban desaconsejables para el público infantil por incluir, dicen, ahorcamientos de jueces o, dicen, proclamas separatistas o, dicen, acuchillamientos de embarazadas o, dicen, okupaciones de viviendas. Sí localizas escenas parciales, en general introducidas por comentaristas de canales de televisión, que no cuelgas aquí para que nadie deduzca preferencias por haber elegido sesgadamente el hipervínculo de uno uno otro medio.
Lo que quieres destacar es que a raíz de la denuncia presentada contra los titiriteros se alzaron muchos simpatizantes de la nueva izquierda auténtica, inmaculada y pura defendiendo la representación teatral en aras de la libertad de expresión o de sátira. Es un problema tan acrítico alineamiento político, que lleva a aplaudir con las orejas o condenar, según el caso, lo que viene de la institución con la que se simpatiza o antipatiza.
Más tarde sale la alcaldesa de Madrid con sensatas palabras calificando el espectáculo de deleznable y deja descolocada a su clientela que no sabe ya si aplaudir al titiritero o alinearse con la nueva postura oficial. También quieres pensar que la alcaldesa salió a la palestra no porque hubiera un juez (su colectivo de origen) en el patíbulo, sino por la valoración ética de la obra.
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2 comentarios:
La libertad de expresión es respetable y la libertad de acción también, pero mientras no avasalle los derechos de los demás. Cagarme en la puta madre de alguien no me lo ampara la libertad de expresión, el mobbing tampoco y el asesinato terrorista tampoco. El juez tiene una gran responsabilidad y se le debe exigir que sea justo y ecuánime.
En un estado de derecho se puede hacer el paripé, con titiriteros y sin ellos, pero hay que respetar las normas aparentemente. Los de la izquierda y los de la derecha. El juez se puede equivocar o puede abusar de su poder. Hay que rebelarse contra todos los abusos del poder. Por supuesto hay que denunciar la prevaricación y hay que pedir que el sistema jurídico español sea más ágil y justo, hay que eliminar privilegios, hay que impedir que a los jueces los elija el poder del gobierno: los jueces deben ser independientes para dictar sentencia. Para lograr estos propósitos no he visto manifestaciones delante de los juzgados pidiendo justicia, justicia equitativa, justa e imparcial. Y así nos va porque así lo consentimos y dejamos libres a los que se han aprovechado del dinero publico para sus fines personales, para favorecer a sus familiares y amigos, dejamos libres a los jueces prevaricadores, dejamos libres a los políticos corruptos. Y la prima de riesgo está subiendo. Será por la confianza que ofrece la izquierda.
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