2016/01/03

SOBRE LAS NORMAS RAZONABLES

Mientras tomas la sabatina  botella de sidra y el reglamentario pincho de picadillo en la terraza de referencia del Oviedo antiguo, lees la noticia de la insumisión de parte de la hostelería ovetense contra la nueva ordenanza de las terrazas. Esta terraza en la que lees la prensa ya recibió vapuleos civiles y está libre de los administrativos, de manera que saldrá indemne de este embate.

La renovada ordenanza obliga básicamente a dejar un espacio de 1,80 metros entre la pared del establecimiento y la primera silla de la terraza. También deberá guardarse una distancia de 40 centímetros entre la terraza y el borde exterior de la calzada. Además no podrá haber taburetes, barriles ni mesas altas, todas tendrán que ser accesibles. Ninguna mesa ni silla podrá rebasar el frente del establecimiento a izquierda o derecha. Los hosteleros que hayan montado estructuras fijas tienen un plazo superior para eliminarlas, pero el resto ha de cumplir la norma ya.

La norma tiene su lógica: la ciudad no es solo para los hosteleros ni para quienes frecuentan las terrazas; hay que permitir que las personas de movilidad reducida accedan a todas las terrazas de la ciudad. A destacar que la ordenanza se aprobó con la unanimidad de todos los grupos políticos con representación municipal.

Alguna patronal se queja de la pérdida de puestos de trabajo que conlleva la nueva regulación, pero es posible que a medio plazo los hosteleros y la clientela se adapten y busquen nuevos espacios en calles de aceras más anchas donde las terrazas resulten practicables y rentables, con lo que los empleos y los negocios cambiarán parcialmente de ubicación, como tiene ocurrido por efecto de las modas.

La ordenanza, aplicada indiscriminadamente y sin excepciones, lleva a absurdos que no vas a detallar porque estás pensando en localizaciones concretas. Estás seguro, además, de que se acabará dulcificando a no tardar mucho.

Con todos los largos prolegómenos anteriores, solamente querías reflexionar en voz alta sobre la resistencia al cambio, en particular la resistencia mental, cómo uno se parapeta contra las innovaciones y cómo pasado un tiempo las normas más absurdas se acomodan en nuestras mentes; claro que el tiempo no aporta un plus de racionalidad a la norma absurda. Las normas serán razonables per se, no por su tácita aceptación.

¿Esta lo es? Habría que ponerse de acuerdo sobre la razonabilidad.




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