Al leer las machaconas informaciones/críticas que La Nueva
España dedica a tu ferrocarril desde hace unos cuantos días, te ocurre algo
parecido a lo descrito por Alejo Carpentier en El siglo de las Luces.
Cuando la Revolución le era presentada como un
acontecimiento sublime, sin taras ni fallas, la Revolución se le hacía
vulnerable y torcida. Pero ante un monárquico la hubiera defendido con los
mismos argumentos que lo exasperaban cuando salían de boca de un Collot
d’Herbois. Aborrecía la desaforada demagogia del Pére Duchesne, tanto como
las monsergas apocalípticas de los emigrados. Se sentía cura frente a los
anticuras; anticura frente a los curas; monárquico cuando le decían que
todos los reyes — ¡un Jaime de Escocia, un Enrique IV, un Carlos de
Suecia, dígame usted!— habían sido
unos degenerados; antimonárquico, cuando oía alabar a ciertos Borbones de
España. «Soy un discutidor —admitía, recordando lo que Víctor le había
dicho unos días antes—. Pero discutidor conmigo mismo, que es peor.»
Y no solo te ocurre a ti, por lo que oyes. ¿No salís a la
palestra? te dicen gentes impulsivas de la primera línea del frente, es decir, de
los trenes y los viajeros, la casuística y los problemas. ¿Por qué no
contraatacáis a ese continuo goteo de informaciones sobre lo mal que lo hacemos
por no fusionar de una vez por todas nuestro billetaje con el de FEVE?
¿Será tanta crítica el peaje silencioso que habrá que pagar
en período preelectoral para arrancar unos millones al Estado, los millones del
párrafo siguiente?
¿Tanto cuesta anunciar que los estudios comerciales están
hechos, que el mapa unificador está diseñado, que se han cuantificado las
consecuencias, pero que todo pasa por una muy importante inversión imprescindible
para que los equipos fijos y portátiles de venta y control de billetes
reconozcan los variados modelos existentes o bien para eliminar una remesa
enorme de equipos todavía no amortizados en aras de la unificación?
4 comentarios:
La política y no la eficacia, ni la eficiencia , ni la efectividad. La política entendida como manera de enriquecerse pronto y no como un servicio a la comunidad. El servicio público del transporte por ferrocarril es algo de lo más importante para el desarrollo de un país. Pero la política actual en España es de escándalo. Hay quien sin ser político le debe el puesto de trabajo a la política, son estómagos agradecidos y votos cautivos. La obediencia ciega al partido es el concepto de democracia que entienden algunos dirigentes. El ferrocarril sirve para enriquecer a empresarios de obras públicas y a políticos y a esos que replantean las obras 300 veces, adjudicándose una obra a la baja y cobrando por ella un montón de veces más que la propuesta más cara. El negocio es el negocio, el servicio público ya lo da Alsa con los Cosmen. Lo del ferrocarril es otra cosa.
¿Hay plataformas que defiendan el ferrocarril como medio de trasporte? ¿Es necesario el ferrocarril para transportar mercancías? ¿Cuán necesarios son los trenes de larga distancia? ¿Y los de Cercanías? ¿Están puestos los servicios para no competir con los autobuses? ¿Ganará dinero el nuevo operador ferroviario cuando Renfe se sostiene de los presupuestos generales del estado? Algunos usan el cortijo del ferrocarril para que sus allegados tengan un carguín. Y el que tiene el carguín no quiere que nada cambie. Para cargarse el ferrocarril lo están haciendo de puta madre. ¿Cuánto estarán especulando con haber tirado las dos estaciones de Gijón? ¿Cuántos viajeros más se lleva Alsa? ¿Y el servicio universitario puerta a puerta? El Psoe está gobernando en Asturias desde que murió Franco ¿le pedimos responsabilidades de lo mal que está el ferrocarril al PP? ¿O a los sindicalistas que se llevan el dinero y luego pierden la memoria?
La unificación tocó como la lotería de navidad y pilló de sorpresa. Es un ejemplo de lo bien gestionada que está la empresa de ferrocarriles. Cada día me sorprendo más de que la gente, con estos servicios, siga cogiendo el tren para sus desplazamientos. Los fiscales tenían que actuar de oficio, pero ya vemos las decisiones de la justicia sobre la paternidad del rey. La justicia no es igual para todos, ni siquiera a pesar de los buenos discursos de nochebuena. Claro, como no hay a quien votar, seguimos perpetuando el sistema. Viva er Betis
Seguro que se sabe el número de personas que viajan de un punto a otro por cualquier medio. Seguro que se puede estudiar la intencionalidad para satisfacer las demandas. Para mí que falta una política de transportes. Para mí que el ferrocarril baila más al ritmo de la especulación inmobiliaria que al servicio del transporte de viajeros y mercancías. Un ejemplo: el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, y el Consejo de Administración de Gijón al Norte, sociedad que gestiona el proyecto de soterramiento del ferrocarril en Gijón, han dado luz verde al inicio de los trámites para la salida a venta de las dos primeras parcelas, cuyo valor se estima en 71 millones de euros de los 200 en total que se prevén obtener. También se ha aprobado la adecuación del 'solarón', aunque no se ha presentado ni proyecto para la estación intermodal, ni plazos, ni la apertura del túnel del 'metrotren'. La plataforma vecinal teme que la estación provisional se convierta en definitiva ante la falta de proyecto. La alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, ha tildado de "auténtica encerrona" el Consejo de Administración de Gijón al Norte, al asegurar que tanto el Ministerio de Fomento como el Principado venían a "tumbar" la adecuación del 'solarón'. "Lo único que quieren dejar en Gijón a dos meses de las elecciones es tierra quemada por los intereses electoralistas de sus partidos", ha asegurado de los representantes de ambas administraciones.
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