Supuestamente no
existe en el diccionario, aunque bien es verdad que tampoco se recogen, salvo excepciones,
los adverbios terminados en –mente. No está recogido, pero cuando lees supuestamente
sacas la conclusión de que el emisor desconfía de una versión y que alguien miente.
Ejemplo: el autobús salió tarde porque supuestamente se durmió el conductor. Se
da a entender que de eso nada, que no se durmió, que el motivo es otro más
inconfesable.
Este domingo, en LNE, no en la sección de cartas al
director, donde tiene acceso cualquiera, sino en la más selecta y selectiva de
Tribuna, dan cancha a un médico para opinar de ferrocarriles y trenes.
Por tu tarea profesional tienes que transmitir internamente
quejas externas, pero si quieres hacerlas creíbles y útiles las afeitas, las
maquillas y les quitas esas gotas de bilis o de simple falsedad que irritan y
predisponen en contra al receptor final, al que tiene que tomar medidas para las
rectificaciones que sea menester.
Si lees que un retraso es debido supuestamente a las obras
del AVE, entiendes que el autor está diciendo que eso es falso, que se deben a
otro motivo inconfesable.
Si lees que ir sentado en sentido contrario a la marcha
origina una “auténtica tortura”, te tientas la ropa meditando sobre el
significado de las palabras auténtica y tortura.
Si lees que llega con treinta minutos de retraso a Chamartín
“sin parada o incidencia alguna que lo justificara” te ahorras el comentario porque motivos siempre hay.
Si lees que todos los semáforos del Pajares estaban en ámbar,
lo más suave es decir que es imposible y falso de
toda falsedad, y que es de pésimo gusto traer a colación el accidente de
Santiago.
Se habla al final de un “verdadero calvario”. Verdadero y calvario.
Tienes leído otros artículos de mayor precisión de este médico,
pero cuando se dedica a sus zapatos.
(Del pie de foto no echas la culpa al galeno).
3 comentarios:
Supuestamente el AVE es un modo de viajar en menos tiempo. Verdaderamente el AVE es un concepto vendible entre la población. Ganan los constructores de obra pública, ganan los fabricantes de trenes, ganan los políticos, ganan los trabajadores y pierden los contribuyentes. Los políticos tienen la profesión de gestionar, no son técnicos profesionales en nada, aunque algunos sean médicos como el honorable Pujol y no entienden nada más que de compromisos para obtener más votos, más poder, más dinero. Falló la política, no el estudio técnico de trazado de la variante de Pajares y sin terminar está costando más dinero que si lo hubiesen acometido bien desde el principio. Y al político el pueblo no le pide responsabilidades. Del concepto AVE chupan muchos. Dentro de poco se le puede pedir en la carta a los reyes magos que acaben las obras con su magia, de otra manera tardarán en terminarse.
Supuestamente un periódico diario es un medio de información. Realmente hoy se lee un determinado diario más por la opinión, por la tendencia, por la interpretación de la noticia, que por la noticia en sí misma. Un periódico crea adeptos. Conforma y uniforma criterios. Supuestamente cualquier persona puede expresar su opinión en un medio. Realmente no escribe cualquiera sus opiniones en la Tribuna y si no son de rigor, crean entropía. Un economista pueda hacer literatura y ser experto y riguroso en ambos campos. Se puede ser una autoridad en medicina y no ser rigurosa, sino tendenciosa, la opinión sobre otro tema. ¿No pudo el periódico buscar una autoridad sobre el tema del ferrocarril en Asturias? Quizá mejor algún político que no ha sabido defender el ferrocarril para Asturias, como no sabe defender Alcoa ni Arcelor. Asturias pierde 6.255 empresas en cinco años y se sitúa en el nivel de 2004. La densidad empresarial de la región se sitúa por debajo de la media nacional.
Una opinión, como una queja, siempre debería ser valorada por expertos porque el cliente se toma la molestia de comunicar ese buen servicio o esa deficiencia. Otras veces y otras empresas pagan para que alguien ajeno a la empresa llegue a las mismas conclusiones que dicen los clientes. Hay estructuras organizativas que ni por esas.
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