Fuiste con tu madre a realizar el anual análisis de azúcar
en sangre en el ambulatorio comarcal que le corresponde.
Serían las nueve y media de la mañana y mientras el ATS pinchaba
en el dedo para extraer unas gotas le preguntó si estaba en ayunas, a lo que ella
respondió que claro. Y qué cómo estaba en ayunas. Pues porque para hacer una análisis
siempre oyó que había que ir en ayunas. Pues no, mujer, porque si uno está en
ayunas engaña el cuerpo y falsea los análisis, es como si los días anteriores
se priva de comer para que los análisis salgan bien.
Tú, respetuoso con los profesionales, sean enfermeros, DUE,
ATS o practicantes, que renuncias a comprender la distinción, no dijiste nada,
no fuera a ocurrir que esa misma mañana se hubiera publicado algo novedoso que
tú desconocías.
Finalizó más que bien la prueba y te quedó la duda de si el
ayuno iba en serio o en broma. Tú y tu madre tendréis para decir: una vez, al
hacer un análisis de azúcar en sangre, el ATS dijo….
Quizá el profesional tenía reciente, como tú, un párrafo de Spinoza, y quiso llevarlo a la práctica: Lo real es perfecto por el hecho de ser real
y querer vislumbrar grados de perfección es solo un modo de imaginar y, como
tal, confuso y distorsionador de la realidad.
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