En cuanto te llamó tu mujer para decirte que hoy no comía en casa, pensaste inmediatamente en darte un homenaje. Para ti, un homenaje es comprar una barra de pan o un bollo y preparar un bocadillo de anchoas.
Después de la primera parte de la jornada y de una parada en un abrevadero, te encaminas al Alimerka. Eliges una baguette larga y estrecha de cuarenta y cinco céntimos. En este momento la sección del pan está atendida por la que en otras ocasiones corta el pescado, que no el bacalao. Le comentas que vale para todo, pero ella se encoge de hombros con más resignación que alegría. Tampoco ostenta mucha en su lugar habitual. ¿Tendrá gato encerrado la baguette? ¿podrán ofrecer ese precio por la polivalencia del personal, entre otros factores? (un día de estos escribirás algo sobre los economatos).
Te quedaste sin bebida de cola en casa y siempre conviene tener algo en la reserva, aunque estos días con el boicot a la Coca-cola no sabes qué hacer, o sí. Mientras te decides piensas en la eficacia o en la inutilidad de los boicots sociales, si se pueden llamar así. Coges algún otro artículo para que la nevera no esté absolutamente vacía y te vas camino de casa.
Hace unos días habías comprado un pack de tres pequeñas latas de anchoas en Mercadona y todavía no las habías probado. En su día las elegiste, sobre todo, por el precio. A veces te remuerde la conciencia (pero muy muy poco) cuando coges un artículo muy rebajado ¿eres un mísero? ¿cómo pueden ofrecerse algunos precios?.
Llegas a casa, te cambias de ropa, cortas la mitad de la baguette y guardas una parte en el congelador como reserva. La otra mitad la cortas longitudinalmente. Se van activando los jugos gástricos. Echas un poco de vino en el porrón, partes unas lonchas de tomate, abres la lata, repartes las anchoas en el pan, no están mal de tamaño y de aspecto, te cae a propio intento el aceite, colocas el tomate, te sientas,…
¡Qué bueno!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Remordimientos baratos.
El sindicato de la anchoa solicita una parada biológica o que la mujer de Albala avise cuando no coma en casa.
Haber avisao y nos hubieramos comido la baguete entera¿Te comiste las tres latas? ¿Y untaste el aceite de la lata?
Marcel Proust redivivo!. Mucho mejor que mojar magdalenas, onde vas a parar!
Publicar un comentario