Pulsas el botón oportuno del ascensor y llegas oportunamente a tu casa y, mientras mueles el café del desayuno, tienes la oportunidad de meditar sobre qué diablos será eso de los efectos oportunos, qué efectos serán y si serán o no oportunos.
El efecto está claro que es lo que deriva de la causa, aunque no siempre se pueda averiguar qué causa originó el efecto y aunque haya causas que terminen en efectos indeseados.
No habla el aviso de efectos procedentes (derivados de algún procedimiento pero a saber cuál) ni de efectos correspondientes (¿a quién corresponden?) sino de efectos oportunos y seguramente acierta la advertencia cíclica y rutinaria al hablar de efectos oportunos, porque oportunidad es lo relacionado con un lugar y un tiempo, en este caso el frío tiempo preinvernal.
En Derecho Procesal había dos figuras muy simpáticas y eran los recursos de un efecto o de dos efectos, un efecto era el suspensivo, otro efecto el devolutivo, a saber, que si un recurso surtía un efecto quería decir que el recurso paralizaba la ejecución de de una resolución y, si era devolutivo, además, había que mandarlo a una instancia superior para que resolviera.
En esto de las comunidades no parece que los efectos sean ni suspensivos ni devolutivos. Quedaron en una mera muletilla. Otra forma más coloquial y menos burocrática de terminar el recordatorio sería: enteraos de una vez, para que los sepáis, no preguntéis más al presidente ni al administrador.
No poner nada que daría muy soso, lo que se comunica a los eventuales lectores para su conocimiento y efectos oportunos, procedentes o correspondientes, cualesquiera que fueren.
1 comentario:
El lenguaje está lleno de tópicos para las personas con pocos recursos Y ¿no decir nada, es mejor que utilizar un tópico? Me gusta esa actitud de replantearse todas las frases hechas
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