- No callas con El Reúndu, no callas con El Reúndu, hoy vamos a parar en El Reúndu.
El Reúndu es un bar de Campomanes, no de la calle que Oviedo dedica al hacendista asturiano, sino del pueblo de Campomanes, concejo de Lena. El Reúndu lleva un montón de meses en obras, y el tejado, como si fuera naturaleza viva, cambia de color cada cierto tiempo. Estas semanas lucía un verde impermeable o impermeabilizante.
Que no callas con El Reúndu es una evidente exageración. Toleras el comentario de tu mujer por el bien de la armonía conyugal.
En definitiva este sábado hicisteis una parada en El Reúndu, en obras y todo, que no es óbice para poder observar, a través de un cristal, cómo las brasas van dando color a un prometedor cordero a la estaca. Queda anotado para una próxima visita.
Con la botella de sidra os sirven de aperitivo un platín de media docena de mejillones, de un tamaño más que curioso para tratarse de una cortesía, condimentados con una salsa no escasa de alegría. Cuando estabais a la mitad de la consumición, acercaron otra media docena de gambas. Es entonces cuando tu mujer se acordó del refrán que da título a estas letras.
Como hubo que pedir otra botella, dio tiempo de saludar a ese pariente lejano que te puso al corriente de un evento que tendrá lugar en Fierros dentro de nada: unos amigos preparan un homenaje-sorpresa a un jubilado cuyo padre estuvo de jefe de estación en tu pueblo natal por los años cincuenta. Habrá que hacerse el encontradizo por si conserva fotos antiguas. Cuando ya marchabas, quien compartía mesa con este lejano pariente, se levantó para saludar:
-¿No me conoces? Estuviste en mi casa.
Como no lo conocías de antes y tampoco lo habías vuelto a ver, en un primer momento no caíste en la cuenta, pero sí cuando te recordó lo del carnet de la madre. Sin embargo, lo primero que te vino a la mente fue el vino de reserva que te regaló en aquella ocasión y que tardaste un tiempo en descorchar.
- Ya caigo, estuve charlando con tu madre para que me contara cosas antiguas de la familia. Yo sigo con el árbol genealógico. Ella entonces tenía noventa y nueve años y todavía cosía ¿sigue cosiendo?
- Acaba de cumplir ciento uno, está un poco más pachuchina.
Te recordó un detalle que habías olvidado y que surgió a raíz de aquella visita. Esta mujer era viuda de un represaliado político depurado y expulsado de Renfe. Años más tarde le reconocerían algunos derechos, entre otros el de su viuda a gozar de un pase para viajar, que tramitaste acto seguido. Algo a lo que tenía derecho, aclaras. Ese carnet tenía para ella un valor sentimental y nunca llegó a viajar con él. Dice su hijo que todavía sueña con subir al tren algún día, aunque solo sea para ir hasta Gijón y dar la vuelta.
Más difícil será investigar el encargo recibido esa mañana: el accidente ferroviario en el que su abuelo sufrió lesiones irreversibles cuando un tren se escapó puerto abajo allá por los años treinta y unos cuantos guardafrenos y mozos de tren se tiraron en marcha con peor suerte todavía.
El que regala...bien vende si el que recibe lo entiende, pero lo mejor de todo los buenos recuerdos.
4 comentarios:
Ya con las locomotoras eléctricas hubo un corte de un tren a finales de los 20 o principio de los 30. Ya te pasaré el enlace. El más conocido fue este:
http://objetivopajares.blogspot.com.es/2011/07/rotura-de-ganchos-i.html
Probablemente fue el que sucedió en mayo de 1932 el corte de un tren entre Navidiello y Linares que provocó el escape de seis vagones, terminando éstos descarrilados cerca de Malvedo.
Disculpa que te responda por partes, pero van apareciendo más cosas. En el corte del tren de 1932falleció un Mozo de Tren, José Iglesias, por lo que parece que es el accidente que te comentaron. Sin embargo, hubo otro corte en octubre de 1928 que se desprendieron 17 vagones y terminaron contra una vía de seguridad con un poste, posiblemente se trate de la vía de Malvedo; resultaron varios agentes heridos, pero varios de gravedad, el conductor del tremn (categoría en Norte de Jefe de Tren) Felipe Santos, y los mozos de tren Justo Monterola y Cosme Sánchez.
Muchas gracias por los datos. "Mi agente" era Lino Abella Castañón.
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