2012/09/10

EL VIOLINISTA

Muchas veces te encuentras a Nico Suárez, ahora ya sabes que se llama así, sacando como malamente puede unas desafinadas notas de su violín con la esperanza de que al terminar su función callejera, el sufrido auditorio deje unas monedas sueltas.

Hace unos días coincidisteis en El Fontán. Habías tomado asiento en tu demarcación preferida, bajo los soportales, casi frente a la puerta norte de Mercadona. Después de pasar entre las meses, ahora ya con el sombrero vuelto y una leve y ladeada inclinación de cabeza, entró en la tienda. La compra necesariamente tuvo que ser escasa porque no tardó en salir con una pequeña bolsa y su inseparable violín. En ese momento entraba Alexander Vasiliev, que dirigió a Nico una mirada estrictamente momentánea, de la que Nico no se habrá percatado porque seguramente desconoce quien es el tal Alexander. Vasiliev es el concertino de la Orquesta Sinfónica de Asturias, el primer violinista, el que ejecuta los solos y el  encargado de afinar las cuerdas y el oído del resto de violinistas ya en el escenario en los momentos previos a los conciertos, o al menos esa crees que es su función por las veces que lo observaste sobre las tablas.

Jamás oíste cacofonías tan notorias como las de Nico, de ahí que nunca te hayas estirado rebuscando alguna moneda. Pensándolo bien, a lo mejor tampoco echabas mano de la cartera si el sonido fuera simplemente discreto. Así y todo te parece admirable la decisión de Nico Suárez de salir a la calle, echar el violín al hombro y que sea lo que Dios quiera.

Hace días leías un reportaje sobre algunos de esos músicos callejeros que ambientan las calles. Así te enteraste de su nombre y de que es rumano, o al menos que vino de Rumanía, porque no te cuadra un Suárez nacido en los Cárpatos. Si fuera natural de Herías/Erías, Casorvía o de alguna aldea del valle del Huerna, todavía.

La necesidad acabó con la vergüenza de Nico, y podrá alegarla como eximente si existiera una justicia musical como dicen que existe la justicia poética, porque, insistes ¡qué mal toca el hombre!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vasiliev le pagan por no desafinar,a Nico no le importa hacerlo.