Confiesas sin mayor arrepentimiento tener el cine bastante abandonado. En las salas te cuesta evitar un pigazu, en casa se te hace pesado permanecer más de una hora delante del televisor, no así delante de otras pantallas, pero uno es un saco de incoherencias. En fin, que cuando leías una entrevista al cineasta Jaime Rosales, su nombre te decía más bien poco. Te quedaste, sin embargo, con el titular, porque uno es así de atrevido y opina de lo que no sabe o de lo que no sigue. El titular rezaba así: “El cine español pierde público por motivos ideológicos”, y no estaba sacado de contexto. La frase se recogía con bastante aproximación en el cuerpo de la entrevista, además el entrevistador, Matías Valles, además de brillante, te parece de fiar, aunque no sean los entrevistadores los que decidan los titulares.
A la pregunta de si Rosales era reacio a los pronunciamientos políticos de la gente del cine, un anti Bardem, la respuesta fue: “No soy anti nadie, pero, en un país polarizado, perdemos espectadores por motivos ideológicos. El rechazo de una parte del público se debe a los pronunciamientos políticos de gente del cine. Es mejor no significarse”.
Estás de acuerdo con la primera parte, no tanto con la última frase ¿es mejor no significarse?
Muchas expresiones artísticas pueden estar influidas por planteamientos políticos o ideológicos; también, en sentido inverso, el arte es vehículo transmisor de ideas o al menos de sensaciones ideológicas, si esto no es una contradicción. La pura música instrumental, la danza, la arquitectura, incluso la escultura pueden ser perfectamente asépticas, no así la literatura, las canciones, la pintura o el cine, aunque muchas de éstas manifestaciones sean en su mayor parte absolutamente neutras, sin sesgo ideológico alguno, salvo que pensemos que Freud está detrás de todo.
Si meditas un poco, acabas dando la razón a Rosales en su interesado pero nada interesante razonamiento. Yendo un poco más allá en el análisis de las palabras, te detienes en “significarse” y en la vieja contraposición lingüística entre significante y significado, forma y fondo. Significarse toca al fondo. El arte es sobre todo forma, pero si nunca llega al fondo, acaba en pura hojarasca vacía.
Algo te dice que el artista, como ciudadano, está obligado a pronunciarse en momentos cruciales. Te viene a la mente la canción de Pablo Milanés: Pobre del cantor..., pero Milanés es un cantautor muy significado. Por eso mismo perderá un público y ganará otro.
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