LECTURA DE LA PRENSA. DEL 3 DE JULIO AL 6 DE AGOSTO

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LECTURA DE LA PRENSA.

Por seguir con la manía del título, pero esto hoy va de televisión. ¿En qué tipo de cadena y qué director/presentador puede ser el que lleva entrevistando en su programa a 149 hombres y 32 mujeres? La respuesta (a lo mejor) mañana.

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Clasificar a algunos entrevistados es complicado, pero estos serían los grandes números:

58 Escritores o críticos literarios.

35 Músicos (algún productor musical también).

25 artistas plásticos (pintores, escultores, arquitectos, grabadores,…)

18 Políticos o politólogos.

11 Periodistas.

7 Economistas o juristas.

7 Religiosos.

4 Filósofos.

4 Historiadores/Etnógrafos/Arqueólogos.

4 Gente del cine o del teatro.

En menor número médicos, investigadores, hosteleros,…

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Desvela uno esta pequeña intriga veraniega. Se trata del programa “Clave de fondo” que conduce el escritor Xuan Bello en la Televisión del Principado de Asturias, TPA. Se alegra uno de que la cadena y el director/presentador son los que son, porque si fueran otros, se buscarían unas explicaciones o justificaciones propias del pensamiento único o explicaciones sociológicas artificiosas. Xuan habrá seleccionado a quienes le parecieron más interesantes (con un cierto peso lógico hacia la escritura, tratándose de quien es) sin hacer equilibrios ni números. Los números los hacemos a posteriori gentes ociosas.

Uno afeitó ligeramente la estadística porque en algunos programas acudían, por ejemplo, un hombre y una mujer escritores y andar con decimales de intervención no merecía la pena para el objetivo que se pretendía. Algunos entrevistados son difícilmente clasificables, son únicos: Ramiro (psicoesteta), quienes están frente a la asociación Aspace (que pretende la integración de las personas con alguna especialidad funcional; por cierto en ese programa acudieron uno hombre y una mujer para dificultar esta estadísica casera), ¿Dónde encasillar a Sandra Ibarra?; los del clero en general no iban por clericales sino por historiadores o investigadores o por ser misioneros (misionera en este caso muy conocida); en fin, se trata de una estadística casera.

De los fríos números parece que Xuan Bello desprecia el peso femenino. Pues no, porque dedicó tres programas a tres líderes/lideresas del movimiento feminista difícilmente encuadrables. Uno los encajó como ‘políticos’, pero caben matices.

Por cierto, de todas las líneas anteriores no puede desprenderse la más mínima crítica al programa, que es extraordinario. Uno no los vio en directo en su día, ya que se emitían pasada la medianoche, pero los está viendo ahora con la posibilidad de televisión a la carta. https://www.rtpa.es/tpa-alacarta

Hay quien piensa que la TPA es un chiringuito de cuatro amigos: Xuan Bello, su mujer Sonia Fidalgo, Chus Pedro,… Uno no entra en eso. Concretamente “Clave de fondo” es un programa que merece la pena ver. La noche, quizá con un poco de sueño, es un buen momento para dedicarle unos minutos, y si uno se queda dormido, lo reintenta mañana.

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LECTURA DE LA PRENSA. COMPARACIONES

Las comparaciones son odiosas, dicen, pero a uno le gusta comparar.

Llevamos una temporada a vueltas con la turismofobia y con ideas y bocetos de ordenanzas para disuadir a los turistas, pero, claro, las normas hay que redactarlas muy bien para evitar efectos indeseados. Se habla, por ejemplo, de prohibir el arrastre de maletas por las calles por el ruido que meten. Un método expeditivo sería el de arrojar un caldero de agua (pequeño y de agua templada) al turista. Uno, mismamente, estuvo tentado de tirar uno al de la foto, pero le entró la duda de si era un turista que nos venía a invadir el espacio o el silencio o se trataba de un honrado ovetense que iniciaba o terminaba sus vacaciones dispuesto a o viniendo de meter ruido por otros mundos y molestándose muy ufano por el que otros le meten cabe su puerta.

Compara uno ahora el presente y el pasado. En los románticos y detestables trenes antiguos (Renfe fue el pim pam pum como vía crítica de escape cuando el franquismo) se podían bajar las ventanillas y a uno le prestaba un montón. Los trenes modernos lo impiden por motivos de seguridad y quizá para ganar unas décimas de resistencia al viento. Ojalá que en estos viajes turísticos no ocurra nada y si alguno comete una imprudencia, que no tenga que abonar la compañía ferroviaria ninguna indemnización por aplicar las normas del presente a las costumbres del romántico pasado.

Hace unos meses pasó uno caminando por un hórreo ubicado en el Parque de Invierno y tomó entonces una fotografía de lo que vio en aquel momento más como una solución habitacional que como una edificación digna de proteger. ¿Alguien se atrevería a denunciar al okupa que almacenaba diurnamente allí sus cartones, sus mantas y su precario calzado? ¡Ca! So pena de recibir aceradas críticas por desalojar a un pobre hombre que a nadie molesta de un espacio público sin que administración denunciada hubiera movido ficha para proporcionarle un habitáculo más digno. Se pregunta uno ahora: ¿de la que limpian la esvástica limpiarán aquello de cartones y porquería? Lo veremos en próxima caminata.

En un espacio público que uno visitó recientemente se encontró con un dispensador de papel higiénico a la puerta, por lo que se ve para evitar la vandalización de ese escatológico elemento si se ubica en el interior. La pregunta es: ¿está bien eso o está mal, o depende de que la administración sea o no de nuestra cuerda política?

Ya puestos en plan fotoperiodista barato, qué decir de este hito que rotularon años ha como Arcidesa en vez del correcto Arciresa. ¿Tiene alguna importancia? ¿Perdió algún viajero el Consorcio de Transportes por ese desliz? Pues si no lo perdió, ¿a qué meterse con esta tontería propia de xente ocioso?

Ahora comparemos la ficción con la realidad ¿Qué decir de la noticia local de Lena? Uno vivió unos años en esa calle. ¿De verdad que el anónimo emprendedor pasaba por delante de ella para acudir al colegio Vital Aza desde su pueblo de Villayana (respetemos la toponimia). ¿El reportero local no confrontó la noticia?

(Después de esta fatiga, volvemos unos días al silencio).