LECTURA DE LA PRENSA. GARCÍA.
Lee uno un editorial de El País que fustiga la incombatible corrupción. Habla, claro, del caso de Koldo García, y lo menciona así en tres ocasiones. Otras tres como García a secas. Al referirse a García, a secas, a uno le recordó a Alfredo Urdaci cuando habló de ce ce o o para referirse a aquella huelga general de Comisiones Obreras.
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LECTURA DE LA PRENSA. FIARSE Y DESCONFIAR DE LO QUE SE LEE
Se fija uno en dos noticias: una, recurrente, sobre la escasez de determinado personal de Renfe en algunas estaciones. Lee uno la noticia y parece como si hace cuatro años las estaciones estuvieran inundadas de personal. Como si el desmantelamiento fuera de ahora. Noticia no contrastada, y no es tan urgente como para dejarla enfriar uno o dos días hasta preguntar a la otra parte contratante.
La otra noticia es el fallecimiento de Don Ignacio Gallo, párroco durante treinta años en Lugo de Llanera. Otro titular lleno de imprecisiones, que no merece la pena apostillar. Curiosamente, mucho mejor escrito y más riguroso (leyendo entre líneas) la necrológica firmada por Javier Gómez Cuesta, aunque no se centra en la época de don Ignacio en Lugo de Llanera sino en su etapa anterior.
En resumen, es cierto que las estaciones no andan boyantes de personal, pero no es de ahora. En la otra noticia también es cierto lo principal: que murió Don Ignacio.
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LECTURA DE LA PRENSA. BROMAS Y PROSOPOPEYAS.
Uno encontró simpáticas estás tres bromas. Un/a feminista sentido/a encontrará inaceptable que el toque de corneta lo marque la Vicepresidenta Yolanda Díaz armada con una escoba y no con un aséptico silbato, pongamos por caso. Otro ferroviario tan o más sentido que los anteriores no admitirá bromas, ni metáforas con los arrollamientos ferroviarios (en particular si se vio imputado por alguno, pese a no salirse de la vía ni pasarse de velocidad). Un tercer hombre sentido, espiritual él, juzgará inaceptable que en una esquela aparezca un chucho al nivel de los humanos. Uno se fija en especial en este último caso, y no por el matiz religioso sino por el lingüístico. Efectivamente, si uno medita la redacción un tanto fosilizada de las esquelas convencionales, ¿qué quiere decir la lista de familiares? Pues que ruegan una oración por su alma (por la del finado, no por ellos mismos). Pues bien, aquí tenemos al chucho rogando también una oración por su alma (¿o será por su alma canina en este caso?). Prosopopeya se llama esa figura literaria.
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