
La duda está en la trastienda de la filosofía, pero también de la religión. Es ingeniosa la aseveración de que si después de la duda se da un paso, se avanza hacia la fe, pero si se persiste en ella, se pasa al agnosticismos, pero no te quedó claro cómo se determinan esos principios porque las urnas no siempre son la linterna que alumbra sin género de duda los principios. En unas urnas se votan unos principios y en otras, las contrarias: pensemos en la pena de muerte en algunos estados.
No se puede dudar de todo, por ejemplo, de la igualdad del género humano o de la dignidad inmanente a todas las personas. Por el contrario, hay afirmaciones que no ves tan claras al hablar de los fanatismos, así la siguiente: "salvar la vida del paciente es un principio médico indiscutible, pero es un fanático el médico que lo convierte en un principio a ultranza sean cuales sean las circunstancias que rodean a la vida del paciente.Es decir, no es el contenido de los principios lo que hace fanática a una persona, sino su actitud ante esos principios".
Después de la lectura te queda la duda de si se puede o no ser fanático en la defensa de la dignidad de la persona en cualquier circunstancia, visto que en la defensa a ultranza de la vida se pudiera caer en fanatismos.
Por último, la abundancia exagerada de citas de otros autores a lo largo del ensayo, le dio lustre pero no más claridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario