
Otro de los relatos 'normales' te recuerda una historia real. "Oyeron gritos desde las celdas más próximas, secos golpes y luego palabras en voz baja, silencio, las ruedas de una camilla deslizándose de madrugada sobre el piso de cemento helado". En uno de los últimos ingresos hospitalarios de tu padre, una noche que te quedaste a dormir con él te preguntó -¿Tienes miedo?. -No, ¿por qué?. -¿No oiste un ruido?. -No, no oí nada. -Otro p'al caxón. -¿?. -Que otro p'al caxón, otro que acaba de morir. En cuanto deja de respirar se oyen lloros, luego callan y al poco el ruido de la camilla por el pasillo y la familia detrás.
El epílogo es interesante. Apunta que tardó varios años en escribir todos esos cuentos o relatos porque lo hace casi siempre a demanda y ahora los principales promotores, los periódicos, ya no encargan aquellos cuentos que engordaban periódicos y revistas sobre todo en los veranos. Dominados por los textos rápidos de las nuevos cachivaches tecnológicos, un cuento resulta demasiado largo. Será.
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