Hace unos días, exactamente el día 20 a las 15:48 recibes una llamada de un teléfono de la provincia de Barcelona para algún tratamiento de los oídos. Debiste prestar más atención pero no quisiste seguir con la conversación y, antes de colgar, lanzaste una advertencia sobre una cesión ilegítima de los datos del desatasco, que al pobre telefonistas le habrá tenido sin cuidado pese a que protestaba con un 'oiga, oiga'.. Más tarde entras en internet y ves que se trata de un teléfono sobre el que pesan denuncias por variados motivos, pero no debe ir más allá de una empresa de venta o de márketing telefónico. http://www.telefonospam.es/935211873.
Quedaste satisfecho del desatasco realizado por los empleados públicos pero alguien entre ellos debe entender que en el mundo exterior se puede mejorar el resultado. Son encomiables su generosidad y su modestia. Te recuerda un curso de práctica jurídica que recibiste en tu juventud. Un veterano abogado dio un consejo difícil de llevar a la práctica, pero la sección de limpieza de oídos de tu ambulatorio debió recibir alguna pauta similar. El jurista aconsejó entonces a los jóvenes principiantes que cuando consiguieran una buena prueba o descubrieran un novedoso argumento, si estaban en la misma posición que el fiscal, le cedieran la prueba o el argumento porque tratándose de un profesional más experto en el foro, el juez le iba a otorgar mayor credibilidad. Al fin y al cabo lo importante era de que el cliente ganara el caso y si había que ceder en el orgullo, se cedía..
Así que tendrás que arrepentirte de haber sospechado tan mal de la sección de desatascos auditivos o sus apéndices administrativos. En realidad fueron generosos.
2 comentarios:
Público o privado, eterna dicotomía en nuestra sociedad ecléctica, que adopta lo peor de ambos regímenes. Como ciudadano consciente del estatus social al que pertenezco, defiendo la sanidad pública, aunque algunos sanitarios de la sanidad pública deriven a sus consultas privadas a pacientes que les puedan dejar un beneficio extra. El médico puede ser el mismo y sus conocimientos también, pero no sus cuidados. Estas prácticas repercuten también negativamente en los propios médicos. El sistema lo permite, las competencias traspasadas a las autonomías no lo persiguen y así hay largas listas de espera de pacientes que no se pueden, o no se quieren gastar desde unos euros, hasta unos miles de euros en una intervención en la sanidad privada.
No se si se defiende lo público y se critica al funcionario. No se si lo que se defiende es lo privado, porque lo pueden hacer mejor que los de la pública. No se si el doctor de la Ruber es mejor profesional que el de la Paz. No se si ese doctor de la Ruber renunció a su plaza de funcionario para prestar servicios en la privada, o está en la privada porque no sacó plaza en la pública. No se si se equiparan los sueldos en la privada y en la pública. Son muchos los estudiantes que se licencian en medicina cada año. Algunos aprueban el MIR, otros ejercen de especialistas sin titulación oficial . No se si hoy permiten ejercer a los MESTOS en la sanidad pública. Es cierto que hay que mejorar la sanidad pública, no se si en medios técnicos y humanos, o en organización, en distribución de los recursos, o en gestión política regional. Pero lo que si es cierto es que si la pública no tuviese esas listas de espera y tuviese mejor organización, la sanidad privada desaparecía. Luego para favorecer a la privada hay que joder a la pública y a sus clientes. Con las competencias de educación transferidas pasa algo parecido. Ahora bien, el que quiere disfrutar de los servicios de los restaurante más lujosos y elegantes, que los pague de su bolsillo, y si quiere dormir en los mejores hoteles... que se meta a político y se lo paga el Erario. Que no sólo reciban los hijos de los ricos enseñanzas de calidad. Que no sólo los ricos estén bien atendidos en temas de salud depende del régimen político que nos rige.
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